domingo, 12 de abril de 2015

sábado, 4 de abril de 2015

Dionisio de Siracusa

Dionisio en la historia

En el año 430 adC nacía Dionisio, que pasaría a la historia como uno de los tiranos de Siracusa, una de las ciudades más influyentes de las que se encontraban dentro de la Magna Grecia e hizo que esta ciudad viviese su momento de máximo esplendor entre luchas contra los cartaginenses que no querían perder un pedazo de ese pastel que era Sicilia. Dionisio reclamó la condena inmediata y sin juicio de los generales responsables de la caída de Agrigento. La propuesta era ilegal y le fue impuesta una multa, que enseguida fue pagada por Filisto. Dionisio pudo hacer uso de la palabra y convenció al pueblo: los estrategos fueron destituidos y un nuevo colegio fue nombrado en su lugar entre los que figuró Dionisio. Hizo llamar a los ciudadanos desterrados durante el golpe de estado de Hermócrates. Estableció una alianza con el lacedemonios Deixipo, comandante de una guarnición de las proximidades. Se volvió también popular apoderándose y revendiendo los bienes de los ricos. El dinero le permitió aumentar el sueldo de sus soldados.

Características más destacadas

Timeo de Tauromenio le describe grande, rubio y pecoso (FGrH 566, F29). Para algunos autores, descendía de una familia nobiliaria, según otros era de baja extracción social — lugar común de la literatura contra los tiranos. La primera hipótesis parece la más verosímil, tanto más cuando Dionisio era familiar del estratego Hermócrates y , según Cicerón, había recibido una buena educación.

El comienzo de sus guerras consolidadas

Pudo ganar tiempo para fortificar Siracusa, consiguiendo conjurar la amenaza púnica firmando un tratado con Cartago ese mismo año, reconociendo las conquistas púnicas en Sicilia central, para desarrollar máquinas de asalto como la Catapulta y reorganizar el ejército y la flota, reuniendo así un ejército de 80.000 infantes y 3000 jinetes, y en 398 a. C. decidió desquitarse contra los cartagineses. En la primavera de 405 a. C., fracasó en la protección de Gela y Camarina, dos ciudades vecinas, y tuvo que dar la orden de evacuarlas. Los aristócratas siracusanos aprovecharon el hecho para intentar derrocarlo. Una primera tentativa fracasó gracias a la intervención de la guardia de corps de Dionisio. El tirano hizo fracasar la conspiración llamando en su ayuda a los espartanos. Los aristócratas consiguieron huir a tiempo a la fortaleza del Etna. Las fuerzas sublevadas, dirigidas por dichos aristócratas, mantuvieron a pesar de todo, el asedio de la fortaleza en la que se refugió Dionisio. Aprovechando una epidemia de peste que se extendió en las filas cartaginesas, dio una primera tregua, por la que cedió al la parte occidental de la isla. De esta forma, consiguió expulsar a los púnicos de Sicilia central, persiguiéndolos hasta su base de Motia. Construyó un malecón que le permitió tomar la fortaleza insular con sus ingenios de artillería. Tras la llegada de refuerzos púnicos a Panormo y la construcción de la fortaleza de Lilibea, los cartagineses lograron rechazar a Dionisio hasta Siracusa, poniéndole sitio, que el tirano de Siracusa logró romper más adelante. De esta forma se llegó a un acuerdo de paz en el 392 a. C., por el cual se reconocían sus conquistas en Sicilia central. Sin embargo, el tratado afianzó la dominación de Dionisio sobre Siracusa. Aprovechó para fortificar la isla de Ortigia, sita en Siracusa. Allí construyó un palacio fortificado para él. Rodeó Siracusa con un recinto fortificado.

La guerra contra Cartago

Dionisio reemprendió la guerra contra Cartago en 397 a. C. y hasta 392 a. C.. Su primera acción fue apoderarse de los bienes de los cartagineses que dejaron en Siracusa y de los barcos fondeados en el puerto. Fue imitado por las otras ciudades sicilianas, lo que le permitió hacerse pasar por el campeón del panhelenismo. En la primavera de 397 a. C., capturó la plaza fuerte de Motia, principal base militar cartaginesa. La ciudad fue arrasada y saqueada. Lo griegos que habían combatido en el bando cartaginés fueron crucificados. Sin embargo, el general Himilcón, a la cabeza de los refuerzos, puso pie en Sicilia, en la ciudad de Panormo. Su flota tomó a continuación Mesina, que fue completamente arrasada. Dionisio fue vencido finalmente a la altura del Cabo Tauromenio por Himilcón. Este último comenzó el sitio de Siracusa, pero una nueva epidemia debilitó a sus tropas, permitiendo a Dionisio retomar la iniciativa.

El por qué de sus conquistas.

Dionisio se hizo con una clientela al distribuir por lotes las tierras confiscadas a sus enemigos. Mercenarios y esclavos (quizá campesinos dependientes comparables a los hilotas espartanos), se convirtieron así en los nuevos ciudadanos (neapolitai). Reforzada su posición, decidió restaurar la hegemonía siracusana no obstante los siracusanos se sublevaron y se aliaron a los conjurados refugiados en el Etna. Dionisio aprovechó para reclutar mercenarios campanios, gracias a los cuales aplastó la rebelión. Mediante traición, recuperó las ciudades de Naxos y Catania, cuyos habitantes fueron reducidos a la esclavitud. Leontino se rindió y sus habitantes fueron deportados a Siracusa, donde no tardaron en recibir la ciudadanía. Mesina y Regio se decidieron a alzarse en armas contra Dionisio, sin éxito en 399. El tirano intentó reconciliarse con Regio por vía matrimonial, pero su oferta fue rechazada. Se casó con una aristócrata de Locri, lo que aisló aún más a Regio.

Su muerte

Dionisio, al que le gustaba mucho la poesía, aunque no era tan bueno escribiendo como gobernando ganó su primer concurso lírico con el poema "El rescate de Héctor". Tal fue su emoción que organizó un banquete en el cual, murió por los excesos, o tal vez envenenado. A su muerte, su hijo Dionisio el joven, tomó su puesto, pero su capacidad como gobernante no fue como la que tuvo su padre y pronto vio como la influencia de Siracusa cesó en la Magna Grecia y finalmente tras 10 años de mandato tuvo que "ceder" el trono a su tío Dión, pero eso es otra historia.

Datos curiosos

Fomentó la producción de armas y reforzó su ejército. Reclutó ingenieros para inventar nuevas armas, como el gastraphetes, ancestro de la ballesta. Fue en ese momento, según Diodoro Sículo cuando fueron inventadas máquinas emparentadas con la catapulta (perforadora de escudos, literalmente), y descendiente del gastraphetes:
  • el oxibeles: especie de gran ballesta colocada sobre un trípode, que lanzaba grandes flechas (de 600 a 800 gramos), que podían atravesar una fila de hombres
  • con el mismo principio, pero con un proyectil diferente, el litóbalo enviaba balas de piedra sobre el enemigo.
A la muerte de Dionisio, Filipo II de Macedonia, tercer hijo de Amintas III y más conocido como el padre de Alejandro Magno, era llevado como rehén a Tebas (la griega) para que esta ciudad no fuese amenazada por Macedonia. Aparte de tirano de Siracusa, era, en los ratos libres, escritor de tragedias; tragedias griegas.

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