Introducción
Carlomagno, rey de los francos fue el fundador del Imperio Carolingio que más tarde se convirtió en el Sacro Imperio Romano Germánico.
Carlomagno fue hijo bastardo de Pepino el breve y nieto de Carlos Martel. Nació en el año 742 y murió en el año 814, a los 72 años de edad lo que era una extraordinaria longevidad para la época.
Antecedentes: el contexto histórico anterior a la época de Carlomagno
Carlomagno está asociado históricamente al resurgir -tras los primeros siglos oscuros europeos posteriores a la caída del Imperio Romano de Occidente- de una organización política y religiosa capaz de alcanzar el llamado "Renacimiento Carolingio"
Pero ya antes de Carlomagno empezó a haber un caldo de cultivo propicio para este fenómeno.
Ya en la primera mitad del siglo VIII, el Reino Franco se encontraba en el proyecto de una reconstrucción cultural, religiosa y militar.
Este movimiento tiene dos influencias distintas. Por un lado era consecuencia de la entrada de libros procedentes de las islas británica. Por otro, desde Roma se emprende la vital tarea de transmitir las enseñanzas clásicas y de mejorar los textos de los libros esenciales para toda comunidad cristiana.
Es por ello que las formas litúrgicas seguidas en el reino de los francos se veían cada vez más influidas por las prácticas recomendadas por el papado romano.
Biografía de Carlomagno
Carlos (luego llamado Carlomagno), hijo de Pipino el Breve, heredó tras la muerte de su padre en 768 un amplio territorio. La otra parte correspondió a su hermano Carlomán.
Sin embargo, la pronta muerte de Carlomán en el año 771 hizo posible la reunificación pacífica del reino bajo la soberanía de Carlos.
Los primeros años de su gobierno estuvieron dedicados a la guerra, acometiendo expediciones conquistadoras sobre lombardos a petición del Papa de Roma Adriano I, que se veía amenazado por éstos.
También penetró en la Península Ibérica, siendo vencido en la famosa batalla de Roncesvalles por los vascones, que luego generaría el famoso cantar de gesta sobre Roland (o Roldán)
Posiblemente sus guerras más encarnizadas las mantuvo con los sajones de la Península Danesa, pueblo guerrero de gran espíritu de independencia y no cristianizado, que ofrecieron heroica resistencia.
Tras numerosas campañas, en el año 785 los sajones decidieron someterse a Carlomagno, aceptando el bautismo.
La administración y el gobierno
Cuando Carlomagno y su corte no se encontraban en campaña permanecían un cierto tiempo en distintos lugares sin residencia fija, hasta que a finales de siglo VIII se erigió el gran palacio de Aquisgrán. Durante la última parte del reinado, la corte franca residió normalmente en Aquisgrán.
Como todo gobernante medieval que debía administrar grandes territorios, el principal reto de Carlomagno fue establecer un sistema de control de sus dispersas tierras mediante la delegación en una serie de nobles (condes y prelados).
Para mantener un permanente control de estos prelados, se les exigía presentarse a la corte periódicamente. Por otro lado, empleó con creciente frecuencia las llamadas capitulares o instrucciones escritas que abarcaban leyes, normas tanto del ámbito religioso como político.
Carlomagno y el Renacimiento Carolingio
Carlomagno fue consciente de la incultura de su corte y reinante en casi toda la sociedad del momento por lo que quiso recuperar la cultura para poder administrar mejor sus amplios dominios.
El rey ya había atraído, antes del año 780, a varios sabios italianos a su corte.
El año 782 se les unió el inglés Alcuino, cuya estancia en York le había inculcado un excelente conocimiento de la liturgia, de la patrística y de algunos autores paganos, como Virgilio. Alcuino ejerció de maestro de Carlomagno inculcándole amor por la el mundo de las ideas y las artes e influyendo en su manera de hacer política.
Estos últimos años de la vida de Carlomagno coinciden con el auge de las artes que él impulsa. Se escriben e iluminan códices, se realizan bellas obras de eboraria y orfebrería, se construyen escuelas y bibliotecas y se acometen ambiciosas obras de arquitectura. Todo ello con el denominador común de un acusado semiclasicismo que añora la grandeza del viejo Imperio Romano.
Entre sus principales impulsos culturales hay que citar la creación de la Escuela Palatina de Aquisgrán.
Estamos ante lo que se ha venido en llamar un auténtico renacimiento, el "Renacimiento Carolingio".
Carlomagno, emperador
Las posesiones territoriales del Imperio carolingio alcanzaron una enorme extensión. Muchos de sus cortesanos comenzaron a lanzar la idea de que la preponderancia de carlomagno sobre otros monarcas contemporáneos exigía un título comparable al emperador de Constantinopla, que además se había desviado de la ortodoxia cristiana.
No será hasta la llamada en su defensa del papa León III, atacado por los romanos, cuando los acontecimientos se precipitan. El rey franco atraviesa los Alpes para defender al sucesor de Pedro en la ciudad eterna, hecho que provoca la coronación como emperador en las Navidades del año 800.
Tras su muerte
Pero el intento de reverdecer el viejo Imperio Romano de Occidente no duró mucho pues sus descendientes no tenían el carácter y genio de Carlomagno con lo que el imperio paso graves crisis hasta su fragmentación y recuperación por parte de Otón I El Grande.
Fuente: Arteguias.com
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