Se denomina Reconquista al período de la historia de la península ibérica de aproximadamente 780 años durante el cual se recuperaron los territorios conquistados por los musulmanes, que empezó con la batalla de Covadonga en el año 722 y la victoria de los Reyes Católicos Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón sobre el Reino nazarí de Granada en 1492.
En 711 se produjo en la Península Ibérica la primera invasión de los árabes procedentes de África del Norte. Entraron por Gibraltar (Gib-Al-tarik, nombre del general que desembarco) y el propio Rey Rodrigo (Don Rodrigo), último de los Visigodos, fue a combatir, perdiendo la vida en la Batalla de Guadalete. Los moros se aprovecharon de la situación de rebeldía de varios nobles visigodos, así como de la conocida traición de Don Julian en Ceuta, y de la ayuda de algunos grupos judíos para conquistar importantes ciudades y fortalezas.
En el 713 cayó Toledo y en el 714 Zaragoza. Tarik es llamado a Damasco para informar y nunca mas vuelve. Su lugar lo ocupa el gobernador Adal-Ariz. Este gobernador comienza el emirato independiente. A partir de este momento comienzan una política de tratados con los nobles visigodos que les permiten controlar el resto de la península. En el 716 Adal-Ariz es asesinado en Sevilla y comienza una crisis tal que en los siguientes 40 años se suceden 20 gobernadores. Este mismo año, el 716 los árabes comenzaron a dirigir sus fuerzas hacia los Pirineos, para tratar de entrar en el reino Carolingio.
Don Pelayo, la batalla de Covadonga y el inicio de la Reconquista
En el año 718 un noble Visigodo, o probablemente Hispanovisigodo, llamado Pelayo se subleva. La sublevación fracasa y es hecho prisionero y enviado a Córdoba (Los escritos usan la palabra Córdoba, pero esto no quiere decir nada, ya que los árabes llamaban Córdoba a todo el califato). Sin embargo consigue escapar y organiza una segunda revuelta en los montes de Asturias, que acabó con la batalla de Covadonga del 722. Esta batalla se considera el comienzo de la reconquista y del primer reino Cristiano, que fue el de Asturias bajo el reinado de Don Pelayo. Algunos académicos afirman que sin Covadonga, actualmente seríamos como Turquía.
Mientras tanto debido a la resistencia Carolingia de los Francos en la parte española de los Pirineos nació la Marca Hispánica. La Marca hispánica (aquí marca quiere decir frontera). Fue una zona de contención militar en los pirineos dependiente del Reino Franco y abarcaba desde Pamplona hasta Barcelona . Al poco tiempo los distintos nobles hispanovisigodos que controlaban los territorios de la Marca crearon el Reino de Navarra, al Reino de Aragón y los condados de Urgel y Barcelona.
Covadonga 722
La Identidad Hispanovisigoda
El foco de Asturias tiene más renombre debido a que fue el inicio, la chispa que encendió el fuego de la Reconquista, pero no por ello, el resto de focos tienen menos importancia. En Navarra, el Alto Aragón y el Condado de Barcelona, desde el primer momento, se tenía la voluntad férrea de expulsar al moro, y de recuperar territorios para la Cristiandad, de reinstaurar lo que se perdió en tiempos del Rey Rodrigo. En Barcelona a finales del siglo VIII se tenía una gran conciencia de identidad goda, que se manifestó en la supervivencia de determinados nombres: Ermegodo, Levegedo, Alarico o Recaredo, Jueces y escribanos aluden continuamente a la ley goda como nuestra ley o la ley de nuestros padres, con escrupulosa exactitud la transcriben y, antes de la invocación divina, la sitúan a veces en el encabezamiento de documentos oficiales.
Después de la Biblia, es el Liber Iudicum, el texto más habitual en las bibliotecas. La abundancia de obras de San Isidoro de Sevilla en las estanterías de los monasterios revela la pujanza de la cultura visigoda en los Condados Catalanes y en el resto de España.
Ninguna especificidad cultural distingue a los habitantes de los condados catalanes del resto de la Península, todavía ocupada, o del pequeño Reino de Asturias. Con ellos constituyen la Hispania que unificaron los romanos. Los godos de Cataluña se llaman Hispani, al igual que los que huyen del emirato de Córdoba a tierras cristianas.
Wilfredo el Velloso, conde de Urgel y Barcelona, consiguió repoblar la plana de Vic en la segunda mitad del IX; a principios del X, los reyes de Navarra consiguieron conquistar zonas del valle del Ebro quitándoselas, así, a los moriscos y liberando a las comunidades cristianas mozárabes que habitaban la zona.
Wilfredo el Velloso, conde de Urgel y Barcelona, consiguió repoblar la plana de Vic en la segunda mitad del IX; a principios del X, los reyes de Navarra consiguieron conquistar zonas del valle del Ebro quitándoselas, así, a los moriscos y liberando a las comunidades cristianas mozárabes que habitaban la zona.
El avance cristiano
Durante el 929, se creó el Califato de Córdoba que reforzó el poder musulmán, y hasta el 1031 la reconquista de la Península Ibérica se vio frenada; únicamente podemos destacar el triunfo cristiano en Simancas llevado a cabo por el rey de León Ramiro II, dicho triunfo es digno de mención porque, gracias a él, se consiguió comenzar la expansión del cristianismo hacia el sur del Duero.
De todas formas, este avance duró poco tiempo ya que a mitad del X las tropas cristianas tuvieron que recular y volver a la posición inicial, sobre el Duero. El motivo es que Almanzor, caudillo del Califato de Córdoba, llevó a cabo unas campañas muy violentas que tenían como objetivo frenar el avance cristiano y atacó en toda la zona norte: desde Santiago de Compostela hasta Barcelona.
El Califato de Córdoba se desintegró en el año 1031 y esto causó que hubiera un gran cambio de poder entre los musulmanes y los cristianos. Con la caída del Califa (el rey musulmán), en España los reyes cristianos pasaron a tener más poder que los gobernantes musulmanes de las taifas (las taifas eran como condados independientes), por ello, comenzaron a ejercer como protectores y cobraron tributos a los taifas que se habían descompuesto tras la caída de Córdoba.
Fue en la segunda mitad del siglo XI cuando los reyes de Castilla y León comenzaron a repoblar el territorio del Duero y del sistema central español, es decir, las tierras extremeñas. De entre todos los puntos que repoblaron caben destacar las ciudades de Segovia, Ávila y Salamanca que, inmediatamente, se convirtieron en comunidades cristianas que se alzaban a defender la religión romana.
En el 1085 el rey Alfonso VI ya había entrado en Toledo, ciudad que había sido la antigua capital de los visigodos y, también, una zona clave para Al-Andalus. Los reyes de Aragón también continuaron con la reconquista de España invadiendo zonas como Huesca o Barbastro, cercanas al Pirineo.
Sin embargo, a finales del XII los almohades, fanáticos del Islam, volvieron a frenar la reconquista unificando, nuevamente, las tierras de Al-Andalus.
Los mozárabes, la resistencia cristiana.
En los territorios dominados por los musulmanes continuaban existiendo, separadas en guetos aunque rara vez de forma pacífica, comunidades hispanovisigodas que mantenían su fe cristiana, se les conocería como mozárabes. Estos eran tolerados al principio, pero poseían menos derechos que los musulmanes. Las condiciones de vida de estas comunidades se fueron endureciendo a medida que avanzaba la Reconquista y se volvió insoportable con la llegada de los almorávides y almohades del Norte de África.
La continuidad cultural hispana representada por los mozárabes o cristianos habitantes de zonas bajo dominio musulmán, que constituyeron la mayoría de la población en zona musulmana excepto en la minúscula Granada nazarí de los siglos XII-XV donde casi fueron exterminados por los almorávides y benimerines. Estos mozárabes tenían un enorme peso demográfico frente a los reinos cristianos norteños, poco poblados, o la élite musulmana, y por su condición de cristianos ocupaban la clase más baja. Todos los datos nos dicen que se rebelaron todo lo que pudieron contra los musulmanes o huyeron al norte en diversas oleadas. Un ejemplo: la ciudad de Toledo, ejemplo de tolerancia, lo fue bajo el dominio cristiano, ya que durante el dominio musulmán la población local, mayoritariamente judía y cristiana, se rebeló en 800, 811, 829, 932, 987... y fue definitivamente reconquistada en 1085. Total, tres siglos y medio, con independencias intermitentes.
Además, tanto en fuentes cristianas como musulmanas, aparecen numerosas citas acerca de los elevados impuestos especiales que debían pagar solo los no musulmanes, como la gizya, harag, así como leyes que tratataban con inferioridad a los no musulmanes.
La batalla en Navas de Tolosa: el principio del fin
Pero en 1212 los almohades fueron vencidos en Navas de Tolosa por el rey de Castilla Alfonso VIII y significó el fin del imperio islamista. Después de esta batalla, Al-Andalus volvió a dividirse en diferentes taifas permitiendo, así, que el siglo XIII fuera el momento cumbre de la Reconquista española. Cabe destacar que tanto en esta batalla como en otras participaron asiduamente varias órdenes militares religiosas, como la del Temple, la de Calatrava o la de Santiago, ya que en la Reconquista existía un claro sentimiento de Cruzada.
Tras el conflicto en Navas de Tolosa se comenzaron a organizar las cruzadas cristianas pero la más importante fue la iniciada por la Corona de Aragón y capitaneada por Jaime I el Conquistador (o Jaume I el Conqueridor, en catalán). Este monarca consiguió ir recuperando territorio musulmán y convertirlo al cristianismo, así fue como anexionó a la Corona las islas Baleares, Valencia y parte de Murcia.
Desde Castilla también se inició una batalla para reconquistar la Península Ibérica y devolverla a los cristianos. Su acción era hacia las tierras del sur donde más fuertemente habían calado los árabes y, tras un largo asedia, al final del 1248 Sevilla cayó rendida a los cristianos, ciudad que había sido la capital de los almohades. Finalmente, en 1262 cayó Cádiz quedando, únicamente, Granada a manos de los musulmanes, a estas alturas, la reconquista era ya cosa hecha.
La Toma de Granada
El reino de Granada se resistió mucho más que el resto y, estuvo en pie hasta finales del siglo XV, coincidiendo en año con el descubrimiento de América por Cristóbal Colón por orden de los Reyes Católicos.
La reconquista de Granada debía realizarla la Corona de Castilla pues, por proximidad geográfica, tenía más posibilidades de poder realizar esta invasión. Pero dicha conquista no pudo llevarse a cabo hasta que llegaron los Reyes Católicos y, entonces, en 1481 se declaró la última guerra a los moriscos en la Península Ibérica.
El 2 de enero de 1492 tuvo lugar la caída de Granada y, con ella, terminó por completo la Reconquista de España para los cristianos después de casi 800 años.
Desmontando la versión crítica
Algunos académicos de cierta tendencia ideológica, han manifestado que el término de "Reconquista" podría ser inexacto, pues los reinos cristianos que reconquistaron el territorio peninsular se constituyeron con posterioridad a la invasión islámica, a pesar de los intentos de estas monarquías por presentarse como herederas directas del antiguo reino visigodo; es decir según estos historiadores ciértamente anti-hispánicos en su aplastante mayoría, aseguran que las afirmaciones de los reyes y condes cristianos de la reconquista eran un invento para legitimar sus conquistas.
Estas afirmaciones chocan de pleno con la realidad, ya que los condes y reyes que surgieron eran nobles hispanovisigodos o visigodos, decir lo contrario es una muestra de ignorancia o de fanatismo ideologizado.
Además, la razón principal de la reconquista ante todo es que fue una empresa religiosa, más que política, son innumerables las citas medievales que versan sobre la recuperación para la cristiandad de los territorios invadidos por los moros. Para colmo parecen ignorar que España como reino, ya existía antes de la invasión en el año 711, con Leovigildo el Reino de Toledo abarcaba la totalidad de la península, y bajo su reinado se legalizaron los matrimonios mixtos entre hispanorromanos y visigodos, hecho fundamental que marca el inicio de lo que luego sería conocido como España o las Españas, ya que toda la población pasó a tener una misma cultura y luego con Recaredo pasarían a tener también una misma religión, la católica. Los visigodos abrazaron el concepto de la Hispania romana y lo hicieron suyo, de hecho España es la traducción literal de Hispania. Concretamente se puede considerar como fecha oficial el año 589 d.C. cuando se celebró el III Concilio de Toledo, en el cual se declaró al Catolicismo como religión oficial del Reino. Bajo el reinado de Recaredo al cual se puede considerar como el primer rey de España, San Isidoro escribió las Alabanzas a España a principios del siglo VII.
Se pueden encontrar multitud de alusiones a ese espíritu de Reconquista casi desde su origen, tenemos ejemplos como la Crónica silense de principios del siglo XII en la cual se plasma la idea de continuidad política en los reinos cristianos con una patria visigótica perdida tras la invasión musulmana. Además otros reyes como Alfonso VI oy Alfonso VII el Batallador se declararon emperadores de España (Imperator totius Hispaniae), las alusiones constantes a España también son numerosas, lo cual demuestra ese afán de recuperar la patria perdida, que ya existía antes de la invasión musulmana de una forma claramente definida.
También en el siglo XI se contextualiza otro texto de sentido muy similar que registra una crónica árabe más tardía, obra del autor magrebí Ibn Idhari. En dicho texto, Fernando I, conde de Castilla y rey de León, aparece dirigiéndose en los términos siguientes a los habitantes de Toledo cuando trataba de lograr que le pagasen las parias o tributos que quería imponerles:
«Nosotros hemos dirigido hacia vosotros [sufrimientos] que nos procuraron aquellos de los vuestros que vinieron antes contra nosotros, y solamente pedimos nuestro país que nos lo arrebatasteis antiguamente, al principio de vuestro poder, y lo habitasteis el tiempo que os fue decretado; ahora os hemos vencido por vuestra maldad. ¡Emigrad, pues, a vuestra orilla [allende el Estrecho] y dejadnos nuestro país!, porque no será bueno para vosotros habitar en nuestra compañía después de hoy; pues no nos apartaremos de vosotros a menos que Dios dirima el litigio entre nosotros y vosotros».
Estos y otros textos que contienen obras medievales muy diversas permiten comprobar que las elites políticas y religiosas cristianas concibieron el proyecto de combatir a los musulmanes y de liquidar su presencia en territorio peninsular. Se trata de un hecho perfectamente documentado y que está fuera de toda duda.
El término "Reconquista" dependerá en gran medida de si se considera al cristianismo de las coronas cristianas pleno y bajo-medievales herederas del cristianismo alto-medieval. Ellos desde luego lo pensaban y las órdenes militares que se implicaron en ella (como los templarios) también, así como el mismísimo Vaticano. Incluso los musulmanes entendían una continuidad en este cristianismo de entonces con el de los visigodos. Solo un dato. Tras la caída de la ciudad de Toledo ante las tropas de Alfonso VI en 1085, los andalusíes pidieron ayuda a los almorávides para detener el avance cristiano. ¿Por qué la voz de alarma se produjo tras la toma de Toledo y no otra ciudad o territorio? Toledo era la vieja capital del Reino de los Visigodos, y marcaba un punto de inflexión moral en el equilibrio de fuerzas entre religiones en la Península Ibérica. O sea que incluso los musulmanes tenían en mente la lejana estructura política visigótica previa a la llegada de ésta religión a la Península Ibérica y sabían las implicaciones morales que tenía perder esta ciudad.
Por otro lado alegan a la desesperada que una reconquista no puede durar 800 años, sin tener en cuenta el contexto histórico. La Reconquista duró tanto por muchos factores, no fue una guerra convencional como tal. Los reinos cristianos durante los primeros siglos eran pequeños y no tenían la fuerza suficiente como para conquistar toda la península de golpe, puesto que tenían menos poder militar que los musulmanes, de hecho ya fue un milagro que aguantaran y no fueran barridos por la horda islámica. Además, fue un proceso que debía ser largo por obligación, era lógico que entre los reinos cristianos se crearan enfrentamientos, al igual que entre los musulmanes, además de amenazas externas como la francesa. No todos los reyes tenían la voluntad de avanzar y preferían la estabilidad, otros querían pero no podían, otros se guiaban más por sus intereses personales, etc, todo proceso histórico bélico de cierta duración tiene altibajos, las cruzadas y los reinos latinos, o la guerra de los cien años serían ejemplos de ello. Cabe destacar que durante este proceso se dieron peridos de paz y cohabitación (pero no convivencia, la gente vivía al lado, pero raramente se mezclaba), a finales del siglo XI , los almorávides expulsaron a muchos cristianos de zonas en las vivían desde el siglo IV.
Para más inri, los ocho siglos de "dominación musulmana" no fueron tales, ya que a mediados del siglo XIII la reconquista ya estaba llegando casi a su final, solo quedaba por conquistar el Emirato de Granada con una superficie de unos 35.000 km2 (un 7 % del total de España), el cual aguantó dos siglos más, gracias a su posición geográfica, al pago de tributos y a la ayuda militar de los benimerines.
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