El Imperio Romano se debilitó mucho antes de que el Cristianismo tuviese cierta relevancia, cuando entraron en juego los emperadores militares, salidos del ejército. La Guardia Pretoriana se convirtió en la fuente real del poder romano y esto trajo consigo constantes épocas de guerras civiles y conspiraciones. Debido a este gran poder de facciones dentro del ejército, éstas necesitaban reforzar sus ejércitos y no habían suficientes romanos para ello, con lo cual recurrieron a los bárbaros masivamente, y aquí esta la clave que acabó realmente con Roma, la lealtad de la tropa para con el Imperio se vió afectada puesto que muchos de ellos en realidad no eran romanos. Además muchos de estos bárbaros no romanizados, enseñaron a sus compatriotas lo que habían aprendido en Roma, los pueblos bárbaros se volvieron cada vez más eficientes militarmente y a partir de finales del siglo III d.c. ya estaban casi a la misma altura que los Romanos.
De todos modos, pese al proceso de lenta caída de Roma ya palpable en el siglo III, hubieron algunos grandes emperadores como Constantino I el cual se hizo cristiano y logró reunificar el Imperio, además amplió las fronteras de Roma a su máxima expansión, después de décadas de retroceso.
Conquistas de Constantino el grande.
Debido a los cada vez más fuertes pueblos bárbaros, la situación cambió mucho, puesto que antes aunque Roma tuviese guerras civiles, podían seguir controlando las fronteras sin demasiados problemas, pero con el paso de los años esto se volvió cada vez más difícil de conseguir, petando en el siglo V. En este siglo se sumaron muchos factores, pueblos bárbaros con una fuerza militar descomunal, hunos y vándalos, otro pueblo, el visigodo que aunque parcialmente aliado del Imperio ya rivalizaba con Roma, la cual había saqueado literalmente años atrás (Alarico) y se fue haciendo con cada vez más territorios romanos (Galia e Hispania). Otro de los factores decisivos fue que Roma tuvo un emperador muy inútil, Valentiniano III que ordenó asesinar a uno de los mejores generales romanos de todos los tiempos, el que salvó al Imperio de Occidente de Atila y los hunos, Flavio Aecio. Por último hay que mencionar al rey vándalo Genserico que vivió durante 88 años y dedicó toda su vida a acabar con Roma, sus golpes fueron fatales y a raíz de ello Roma acabaría desapareciendo al poco tiempo.
Europa Ancestral