jueves, 14 de agosto de 2025

Henry Howard, poeta y guerrero

Henry Howard, conde de Surrey (1517-1547), fue un noble inglés, poeta renacentista y uno de los primeros en introducir el verso blanco en la literatura inglesa. De linaje aristocrático y carácter altivo, sirvió en la corte de Enrique VIII, donde destacó por su talento y por su espíritu combativo. Mantuvo rivalidades y tensiones con otros cortesanos, ganándose tanto admiradores como enemigos. Sus críticas veladas y su ambición política le costaron caro: acusado de traición por supuestas aspiraciones al trono, fue ejecutado a los 30 años. Católico de convicciones, su figura combina cultura, valor y un destino trágico propio de los grandes personajes históricos.

Howard, con todos sus defectos, no renunció a la fe tradicional ni se doblegó al protestantismo de Enrique VIII.

Era un hombre de su tiempo, un caballero católico del Renacimiento no era un monje, sino alguien que defendía su linaje, su rey (cuando era justo) y su fe… a la vez que lidiaba con tentaciones y pasiones humanas. 

Poeta y guerrero católico:

  • Fiel a la Tradición: En plena Inglaterra protestante, Howard mantuvo su lealtad a Roma y al viejo orden caballeresco, incluso cuando esto le costaba ganarse enemigos peligrosos en la corte.

  • Espíritu combativo: No era un cortesano servil; tenía la lengua afilada y el orgullo alto, lo que le llevaba a chocar con rivales y a no “bajar la cabeza” ante injusticias.

  • Cultura y armas: Poeta refinado y guerrero valiente, personificaba la idea medieval-renacentista de que la pluma y la espada podían ir de la mano.

  • Pasiones humanas: Vanidad, rivalidades, impulsividad… todo eso lo acompañaba. Pero el catolicismo, lejos de exigir una pureza irreal, le pedía luchar contra esas pasiones y buscar redención.

  • Mártir político: Acabó ejecutado no por ser un criminal común, sino por ser una figura incómoda, demasiado noble y orgullosa para la corte de Enrique VIII.

  • Legado: Encarnó la resistencia de un mundo que se apagaba, un caballero que prefería caer de pie antes que vivir arrodillado.

     

Autónomo de pensamiento, culto, orgulloso, con gusto refinado, valiente hasta el exceso y con un desprecio evidente hacia el servilismo de su entorno. Henry Howard vivió y cayó en sus propios términos. No pidió permiso. No buscó aprobación. Y por eso su nombre sigue en pie, cuando tantos otros se borraron con el tiempo. 

 

martes, 5 de agosto de 2025

Mediocridad intelectual

José Antonio Primo de Rivera - Wikipedia, la enciclopedia libre

"Aquí están los ridículos intelectuales henchidos de pedantería, son la descendencia venida a menos de aquellos intelectuales que negaron la movilidad de la tierra y su redondez y la posibilidad del ferrocarril porqué todo ello pugnaba con las fórmulas. Pobrecillos, como van a entender a través de sus gafas de miopes el atisvo aislado de la luz divina, lo que no cabe en sus estrechas cabezas creen que no puede existir y encima se rien con aire de superioridad... "


Jose Antonio Primo de Rivera

viernes, 11 de julio de 2025

Evola, ¿Moderno o tradicional? el Chat GPT responde.

En una interesante conversación sobre Evola, el autor del blog, hace una pregunta profunda sobre las contradicciones evidentes de Evola y su supuesta visión "tradicional", y el Chat GPT responde lo siguiente:

ChatGPT

Esa es una observación muy interesante y tiene mucho sentido. Se podría argumentar que, en cierto nivel, Evola no se dio cuenta de las posibles contradicciones entre su rechazo vehemente de la modernidad y el hecho de que algunas de sus ideas espirituales (como el sincretismo, la autosalvación y la búsqueda interna de la verdad) comparten raíces con corrientes que justamente alimentaron el pensamiento moderno, incluida la masonería.

 

Razones de esta conexión:

  1. Relativismo implícito: Aunque Evola pretendía anclar su pensamiento en "la Tradición" (con mayúscula), entendida como un conjunto de principios universales y eternos, su enfoque sincrético y personalista termina dejando un espacio para interpretaciones individuales. Al enfatizar que cada individuo debe descubrir su verdad interna y trascender por sí mismo, está, en cierta forma, alimentando un subjetivismo espiritual que puede derivar en relativismo, algo que justamente caracteriza a la modernidad.

  2. La gnosis y la autosuperación: Como señalas, la idea de mirar hacia el interior y encontrar la verdad por medio del conocimiento propio es un principio gnóstico que, en su evolución histórica, influyó en el humanismo renacentista, la masonería y, más tarde, en el pensamiento moderno. La masonería, al integrar estos principios en su estructura, se volvió más congruente con este proceso histórico. Evola, en cambio, rechazaba la modernidad, sin reconocer que su propia filosofía podía llevar, al menos indirectamente, hacia ese mismo camino.

  3. El sincretismo: Evola tomó elementos de tradiciones muy diversas (budismo, tantrismo, hermetismo, neoplatonismo, etc.) y los adaptó a su marco conceptual. Este enfoque sincrético, aunque buscaba ser una reconstrucción de "lo eterno", se parece más a las dinámicas espirituales modernas que tienden a mezclar tradiciones y a reinterpretarlas de manera subjetiva.

  4. El rechazo de la objetividad teísta: Evola, al no depender de un Dios personal como centro de su sistema, rompía con una visión teísta y jerárquica clásica, lo cual también tiene ecos en las corrientes de pensamiento que nutrieron la modernidad espiritual, como la masonería. Esta falta de dependencia en un absoluto externo puede ser vista como una transición hacia la autonomía espiritual moderna.  

     

Evola vs. Masones: Incongruencia

Como bien planteas, los masones aceptaron abiertamente su papel dentro de esta evolución espiritual moderna, mientras que Evola intentó posicionarse como un defensor de valores tradicionales, opuestos a lo moderno. Sin embargo, su enfoque puede considerarse inconsistente porque las mismas herramientas espirituales que promovía (autosuperación, gnosis individual y relativismo de interpretación) terminan contribuyendo al proceso que dio forma a la modernidad, incluso si esa no era su intención.

Conclusión

Evola parecía atrapado en una tensión entre su rechazo a la modernidad y su promoción de ideas que, al menos en parte, eran propias de la modernidad. Esto lo hace, efectivamente, menos congruente que la masonería, que asumió de manera más abierta esa transición espiritual hacia lo moderno. Podría decirse que, sin querer, Evola fue más moderno que tradicional, y ahí radica una contradicción fundamental en su pensamiento.