Durante los últimos tres siglos han utilizado diversas "creencias o religiones pantalla" inventadas por miembros de la masonería para captar posibles seguidores y futuros miembros potenciales, así como para ofrecer una introducción a la doctrina de la masonería disimuladamente y dirigir la sociedad hacia el sincretismo religioso anticristiano.
Entre estas corrientes criptomasónicas cabalísticas
estarían los diferentes estilos esotéricos del siglo XIX y principios
del XX como la teosofía (basada en el hinduísmo), el ocultismo (incluído el pseudonazi), y las
vertientes new age, paganas y esotéricas durante el siglo XX. La new age
actualmente es su punta de lanza, con una gran difusión desde los años
90 del pasado siglo (reencarnación, energías, chakras, meditación, etc).
Todas estas creencias al igual que la masonería, se basan en la gnosis (gnosticismo). En la gnosis se dice que la salvación viene por uno mismo. Se promete que mediante la iniciación se irán adquiriendo cada vez más
conocimientos secretos convirtiéndose así en individuos muy superiores
al humano medio, los cuales son vistos como profanos, alimentando así la
soberbia y el ego de los posibles futuros iniciados, haciéndoles creer
que son elegidos que se convertirán en semidioses en sus fantasías. Ese
es su señuelo, se aprovechan de la debilidad del ser humano, de su
egocentrismo y ansias de vanidad, de su curiosidad por el
misterio...
Es puro marketing por el cual se capta a la gente a base de adularlos y darles algo con gancho, buscando satisfacer la parte perversa del alma humana.
En realidad, los "iniciados" no se convierten en seres superiores en ningún momento ni obtienen poderes sobrenaturales, simplemente alimentan su ego y en algunos casos llegan a creerse auténticos "gurús", alimentados por la vanidad que le proporcionan cientos o miles de seguidores. Si están dentro de la masonería o alguna secta similar, van conociendo con detalle la organización y sus fines, mientras que se les da la esperanza de que están cada vez más cerca del secreto espiritual más importante del gnosticismo y de la masonería, el cual, por supuesto es un fraude.
Como sucedió con la manzana que la serpiente ofrece a Adán y Eva, por la cual Satanás les ofrecía un gran conocimiento oculto que según él, Dios no quería que tuvieran porque se convertirían en dioses... En realidad esa manzana solo los llevó al pecado, a su propia condenación, engañados por el demonio que siempre busca arrastrar a los demás hacia el mal.
Todas las personas que se dejan arrastrar por estas creencias ocultistas y gnósticas, guiados por la soberbia y la vanidad, o simplemente para subirse la autoestima, sirven al mal sin darse cuenta.
Lucifer es Satanás, por muchos cuentos que se hayan sacado de la manga
para dulcificar su imagen desde la new age y la
masonería. Lo intentan camuflar de mil formas, pero la "glorificación
del hombre" que buscan todas ellas, la salvación por "uno mismo" sin necesidad alguna de Dios, demuestra esa pretensión de ser cómo dioses. El
rechazo más o menos contundente de Dios, es una muestra de soberbia y
vanidad en cantidades industriales, y esto es lo que les delata como
servidores del mal, aunque muchos, cegados por esa borrachera de ego,
nunca llegan a darse cuenta.
Infiltración esotérica y gnóstica en el neofascismo y el patriotismo
Propagando estas creencias gnósticas camufladas en ambientes abiértamente anti masónicos, mezclando medias verdades con mentiras, buscan corromper a su enemigo para que acabe incluso trabajando para ellos sin saberlo, o como mínimo para que su lucha contra las políticas de la masonería, es decir contra las políticas del marxismo cultural, sea mucho menos eficaz.
El verdadero dios y maestro tanto de la masonería como de estas creencias ocultistas es lucifer, aunque esto pocas veces lo dicen abiertamente por las connotaciones negativas que suele tener. En los círculos masónicos se le llama "gran maestro" mientras que Dios para ellos es alguien poco relevante, el Todo, lo que dió el primer impulso a la creación y nada más, en el mejor de los casos. Ellos aseguran que lucifer es bueno, el portador de la luz, y no Satanás como dice la biblia, pero esto se desmonta por si solo cuando nos damos cuenta de que los fines de su Lucifer son los mismos que los de Satanás, es decir rebelarse contra Dios (al que tachan de malvado, cambiando las tornas) para ser igual de poderoso que él, de igual a igual, haciendo gala de una soberbia y envidia tremendas, lo cual es sinónimo del mal por si mismo.
Alguien que se guía por la soberbia y la envidia, que no acepta órdenes de ninguna autoridad espiritual, es malvado por definición (este principio es aplicable igualmente a las políticas del marxismo cultural que es la expresión terrenal por excelencia de las creencias luciferinas).
Por ello, lo que hacen es comportarse de manera totalmente contraria a las enseñanzas cristianas del evangelio empezando por lo de "la verdad debe ser revelada a todos por igual", para ellos la verdad debe ser revelada solo a una élite, que por supuesto... son ellos. Invierten los valores, emulando esa rebelión luciferina para acabar con todo lo que provenga de Dios, de ahí que propaguen actualmente desde la masonería la ideología de género, o en el pasado la lucha de clases y el ateísmo.
Usan todos los
medios que sean necesarios para acabar con la ley natural para destruir
el orden: su fin último es poner el mundo del revés, para según ellos
"liberar" al hombre. Acaban situándose por encima del bien y del mal, como los gurús hindúes o los antiguos cátaros gnósticos, promoviendo así el relativismo moral. Además manipulan y confunden la biblia, ya que en
ésta se dice claramente que Lucifer era un ángel bueno, que se dejó
llevar por una soberbia extrema y se rebeló contra Dios, que es cuando
cayó por su pecado. Después de su fracaso, lleno de odio y poseído por la envidia, se transformó en Satanás...
Esto, los masones, los ocultistas y los gnósticos en general no lo
mencionan en ningún momento, en su lugar cuentan la historieta
mencionada un poco más arriba; omiten esto intencionadamente porque no quieren creérselo, no les interesa, ellos son soberbios, son la "élite" y quieren seguir emborrachando su ego.
La FARSA del ocultismo en el III Reich
Hay muchos escritos de esoterismo de post guerra alineado para con la llamada tercera posición afín al fascismo y al nacionalsocialismo, que de principio a fin son un cúmulo de creencias masónicas. Solamente hay que leer un ejemplar del Kybalion o textos de cualquier web oficial de logias masónicas para comparar y darse cuenta de ello; su máximo referente está en el ocultismo pseudonazi y su precursor Guido Von List (el cual bebió diréctamente de la teosofía y de la masonería) que creó la llamada "ariosofía" a partir de una mezcla entre ocultismo cabalístico y la simbología del paganismo germánico. También siguió una línea similar René Guenón y en menor medida Julius Évola.
Miguel Serrano, conocido divulgador chileno del esoterismo pseudonazi
Dichas creencias se presentan como si no tuvieran nada que ver con la masonería, para que el lector poco formado en estas
lides caiga en la trampa. Ocurre lo mismo con con el esoterismo actual y
el ocultismo en general, al cual pocas veces relacionan con la
masonería, (con toda la astucia del mundo) para no asustar al
interesado. Todos estos textos olvidan que en los regímenes fascistas se
prohibió la masonería y también las organizaciónes esotéricas u
ocultistas, como por ejemplo, la archiconocida Sociedad Thule. (Legislación anti-masónica de 1935 en Alemania)
Hablando de la Thule, se ha exagerado interesadamente por los propios enemigos del III Reich su influencia en éste y en Hitler, para darle una imagen de oscuridad y maldad. A efectos reales, los únicos personajes relevantes del III Reich influenciados por la Sociedad Thule y el paganismo germánico ocultista fueron Hess y en menor medida Himmler (el cual acabó traicionando a Hitler), todo lo demás son manipulaciones y fantasías sin fundamento que van en contra de las propias declaraciones y acciones gubernamentales de Hitler, que era católico no practicante.
Hitler llegó a decir sobre los paganos ocultistas lo siguiente: "Estas personas que sueñan con el heroísmo de los antiguos germanos, con sus armas primitivas, como hachas de piedra, lanzas y escudos - escribió Hitler - son en realidad los más cobardes. Conocí demasiado bien a esa gente para no sentir el mayor asco por estos comediantes... Especialmente cuando se trata de reformadores religiosos a base de germanismo antiguo, tengo siempre la impresión de que han sido enviados por aquellas instituciones que no quieren el renacimiento de nuestro pueblo" (Mein Kampf - Hitler).
Sabottendorf, fundador de la Thule y otros tantos de su cuerda fueron perseguidos por el III Reich, cosa lógica, teniendo en cuenta las declaraciones de Hitler sobre ellos. El propio Hitler dió a entender con sus acciones que con los años se dió cuenta de que esas creencias que compartieron algunos de sus camaradas estaban profundamente influenciadas por la doctrina masónica, de ahí que las prohibiera; el mismísimo Himmler tenía que guardarse sus creencias para su círculo más cercano dentro de las SS, que no pasaba de unas pocas decenas de miembros.
En la absoluta mayoría de
cuerpos de las SS, incluyendo su rama militar, las Waffen SS, lo pagano
se reducía a unos cuantos símbolos que se usaban por formar parte de la
herencia cultural germánica, siendo sus miembros y soldados,
protestantes o católicos por norma general.
Masonería, Teosofía y New Age
En un nivel de seriedad y profundidad inferior, casi pueril, la masonería hizo lo mismo con las creencias New Age que provienen de la teosofía, creada por Blavatsky y Henry Steel Olcott que pertenecieron a la masonería, así como con la Wicca pagana y sus vertientes -que fue inventada por el masón y judío Gerald Gardner-.
Todas estas pseudo-religiones tienen algo en
común, y es que se basan parcialmente en la gnosis y el sincretismo
panteísta además de compartir cierta simbología satánica, la cual intentan presentar como
si no fuese algo maligno, vendiéndolo como algo mágico y bueno para que
no cause rechazo (ejemplos de esto serían el baphomet basado en el
antiguo dios celta Cernunnos o la estrella de cinco puntas de la cábala). Mediante estas pseudo-religiones pantalla, las distintas masonerías logran captar seguidores
potenciales que se podrán convertir en futuros miembros si siguen la
senda marcada, ofreciendo así disimuladamente una introducción a la doctrina masónica.
Además, con estas creencias consiguen llevar a la sociedad hacia el
sincretismo religioso, que es uno de los fines que persiguen, crear una
religión de esencia masónica y sincrética, apta para todos, en la que se
sustituya a Dios y a Cristo, por el Gran Arquitecto y Lucifer, bajo
varias denominaciones más o menos amistosas. Varias ramas del
protestantismo formaron parte de este plan como etapa previa, no debemos
olvidar que la masonería fue creada por protestantes en su gran
mayoría con la ayuda de judíos jasídicos versados en la Cábala, al igual que su antecesora la orden Rosacruz.
Todas estas creencias tienen otro punto en común de gran relevancia, sus
ataques al catolicismo y a la iglesia romana, amparándose en la leyenda
negra promovida por protestantes y judíos, así como por toda la
propaganda anticatólica paganizante y panteísta de la ilustración
masónica liberal.
Una cita de San Agustín sintetiza con gran acierto en un par de líneas
esta lucha entre el catolicismo y las creencias luciferinas ocultistas:
«Dos amores hicieron dos ciudades. El amor de sí mismo, hasta despreciar
a Dios, hizo a la ciudad terrenal, el amor de Dios, hasta despreciar a
sí mismo, hizo la ciudad celestial.»
Como conclusión, podemos decir que no existe una gnosis buena y otra
mala, un esoterismo bueno y otro malo, todos sirven al mismo amo, al
maligno, en mayor o menor medida, unos diréctamente y otros
indiréctamente, la mayoría sin saberlo. El Catolicismo en cambio, se
basa en valores nobles, sirve al bien, la verdad y la justicia, además
de tener más y mejores vías de acceso para la vida espiritual.