El hinduismo y el judaísmo son religiones con trayectorias históricas muy diferentes, pero presentan una serie de similitudes que, desde el punto de vista gnóstico y esotérico, los hacen converger en ciertos aspectos fundamentales. Esta afinidad ha sido explotada en Occidente, especialmente desde finales del siglo XIX, por élites culturales y filantrópicas —muchas de ellas de origen judío— que han promovido la difusión del hinduismo y otras religiones orientales en Europa y Estados Unidos. El objetivo de este movimiento no ha sido meramente académico o espiritual, sino también estratégico: diluir el marco doctrinal del cristianismo y reemplazarlo por una espiritualidad sin dogmas, relativista y compatible con una cultura globalizada.
Aunque hinduismo y judaísmo no comparten un origen común, existen puntos de conexión que se pueden etiquetar como gnósticos en un sentido amplio. Ambos sistemas incluyen conceptos, estructuras y objetivos espirituales que, si bien nacen en contextos diferentes, presentan notables similitudes.
Parentesco conceptual entre hinduismo y la Cábala
Conocimiento secreto (gnosis). En la Cábala judía, el acceso a Dios pasa por un conocimiento esotérico reservado a iniciados. En el hinduismo —especialmente en corrientes como el Vedanta o el Yoga tántrico— también se habla de un conocimiento superior que trasciende lo ritual y lo externo.
En el judaísmo, la redención se concibe como algo ligado a la obediencia a la Ley y, en la Cábala, al ascenso a través del árbol sefirotico. En el hinduismo, la liberación (moksha) depende del esfuerzo humano por romper el ciclo de reencarnaciones mediante la disciplina espiritual. En ambos casos, la salvación no es un don gratuito de Dios, sino el resultado de un proceso voluntarista de conocimiento o purificación.
Visión jerárquica y esotérica del cosmos. Tanto la Cábala (con sus sefirot) como el hinduismo (con sus lokas y planos) sostienen una estructura jerarquizada de realidades, donde lo visible es solo una pequeña parte del conjunto.
División entre élite iniciada y masa profana. En ambas tradiciones existe la distinción entre quienes acceden al conocimiento profundo y el pueblo que solo recibe enseñanzas superficiales. Tanto en la tradición cabalística como en las escuelas hindúes más profundas, existe una clara separación entre los sabios, iniciados o brahmanes, y la mayoría del pueblo, que solo accede a enseñanzas superficiales o prácticas rituales. El acceso a la verdad plena queda restringido a minorías selectas (soberbia espiritual).
La promoción del hinduismo en Occidente
Desde las últimas décadas del siglo XIX, el hinduismo y otras religiones orientales han sido impulsados en Occidente. Parte de este impulso provino de personas o círculos con fuerte presencia judía, así como de instituciones académicas y culturales que veían en estas doctrinas un contrapeso al cristianismo europeo.
El objetivo, en muchos casos, se ha enmarcado dentro de un proyecto de sincretismo espiritual: fusionar elementos de distintas tradiciones para diluir marcos religiosos exclusivos, especialmente aquellos que —como el cristianismo— son doctrinalmente más exigentes y excluyentes.
En el siglo XX, editoriales, universidades y fundaciones filantrópicas (varias financiadas o dirigidas por personas judías influyentes) han apoyado la difusión de textos vedánticos, yoga y meditación, en parte como contrapeso cultural al cristianismo europeo. Este impulso muchas veces se enmarca en una estrategia más amplia de sincretismo espiritual: mezclar elementos de distintas tradiciones para diluir marcos religiosos exclusivos como el cristianismo, que es más excluyente doctrinalmente, puesto que la salvación procede del sacrificio y la resurrección de Cristo.