Los Hunos y el inicio de las invasiones germánicas
Los Hunos fueron una confederación de tribus Euroasiáticas, de aspecto europeo con influencias asiáticas,
unidos por una aristocracia que hablaba una lengua túrquica. Eran
nómadas y vivían en chozas temporales, la ganadería, con la vaca, y la
cacería eran más importante en su economía que la agricultura, pero
donde sí sobresalían era en el arte de la guerra, ya que eran excelentes jinetes, veloces y decididos, de táctica impredecible.
El historiador romano Amiano Marcelino nos da una visión deformada de lo que eran los Hunos para los romanos; “son
seres imberbes, musculosos, salvajes, extraordinariamente resistentes
al frió, al hambre y a la sed, desfigurados por los ritos de deformación
craneana y de circuncisión que practicaban, e ignorantes del fuego, de
la cocina y de la vivienda”. Por el aspecto con que se presentaron
en el Imperio ya imponían miedo tanto a los romanos como a los pueblos
bárbaros que se cruzaban con ellos.
Muchos historiadores piensan que los
Xiongnu mencionados en las crónicas de la antigua china, eran el mismo
pueblo que apareció en Europa e invadió el Imperio Romano bajo el nombre
de los Hunos.
En el siglo III, parece ser que el pueblo Chino construyó la muralla china para defenderse de los antepasados de los hunos.
La dinastía Hang los debió de expulsar, y a lo largo del siglo IV
estuvieron por las estepas rusas hasta llegar a las orillas del Danubio,
el borde de la civilización Occidental. Encontrando un Imperio Romano
dividido en Oriente y Occidente.
Se sabe que tras ser expulsados por el
Imperio Chino se mezclaron con otros grupos que vivían en las estepas
rusas y una rama de los Hunos (¿Kidaritas?) se dirigió hacia el norte,
asentándose en las estepas próximas al mar Caspio, pero una serie de
sequías azotaron la zona a finales del siglo III, obligándoles a
abandonarlas y avanzar mas hacia occidente.
Con la llegada de los Hunos, terribles
jinetes de origen mongol, siembran el terror y asolan la civilización
occidental, el Imperio Romano esta siendo asediado por los Bárbaros,
presionados por los Hunos, con su principal arma, el miedo.
Los Hunos, violentos invasores que
aparecen en el este de Europa, maestros en estrategia militar,
(aparecen, destruyen, arrasan y se marchan) inspiran pánico al enemigo,
pasaban la vida a caballo, eran los mejores jinetes del mundo antiguo, y
su tipo de arco que les permitía disparar flechas sin desmontar del
caballo, les daba una cierta ventaja militar.
Es en el siglo IV, con el rey huno Balamber, cuando atacan a los Alanos,
pueblo asentado en las “limes” del Imperio romano, entre los ríos Volga
y Don, derrotándolos y obligándoles a huir hacia el suroeste.
Posteriormente avanzaron hacia la cuenca del Dnieper, donde derrotaron a
los Ostrogodos en el año 370, gran parte de este pueblo se refugio en
las tierras de sus vecinos los Visigodos. Por ultimo los Hunos cruzan el
Dniéster en el año 376, derrotando a los Visigodos, estos piden asilo,
instalándose en La Mesia (Bulgaria) tras pactar en calidad de foederati
con el Emperador Valente, como campesinos, sometidos a las leyes romanas
y servir con sus armas al ejercito del Imperio Romano de Oriente. Las
tierras en poder de los Hunos se extendían ya desde el Caspio al
Danubio.
La rebelión provocada por los Visigodos
contra los romanos en el año 378, en la que se saquearon varias
ciudades, derrotando al emperador Valente en Adrianópolis, les permite extenderse por los Balcanes, el caos existente es aprovechado por el rey de los Hunos, Rua,
que cruzó el Danubio y atacó a los romanos con tanta fuerza que el
Emperador Teodosio II, pactó la entrega de 160 Kg. de oro anuales para
conseguir la paz. Al morir el rey de los Hunos, Rua, éste dejó el trono a
sus sobrinos Bleda y Atila, hijos de su hermano Mundzuk, ellos
reanudaron la paz a cambio de duplicar el tributo anual.
Prisco de Panio, que conoció a Atila, lo
describe como bajo, robusto, de gran cabeza, ojos hundidos, nariz chata,
barba rala y de costumbres austeras.
Se dirigen al Este reduciendo al polvo
casi toda Europa, desde el Mar Negro hasta el Mediterráneo, con una
política más agresiva, atacando varias ciudades situadas en el Danubio
Oriental, derroto a los romanos en todas las batallas y cercando la
capital imperial, al no poder tomarla con sus arqueros, puso rumbo a
Galípolis, donde estaban refugiadas las ultimas tropas imperiales y las
deshizo. Se pactó una paz donde se incluía el pago de los atrasos y de
su mora de unos 1800 Kg. de oro y un tributo anual de otros 650 Kg.
Atila se coronó rey único (autócrata)
después de que muriera su hermano durante una cacería en el año 445,
probablemente asesinado por él mismo. Los siguientes años devastó los
Balcanes y Grecia hasta las Termópilas, manteniendo una hostilidad
latente entre Atila y Teodosio II.
En el 450, al morir Teodosio, el nuevo
emperador Marciano se niega a pagar a los hunos el tributo anual para
forzar la guerra, aunque Atila se abstiene y entra en escena Honoria, la
hermana del Emperador de Occidente Valentiniano, que tras quedar
embarazada de un criado, es obligada a un compromiso sin amor, tal fue
su despecho, y lo desafío, mandándole una carta proponiéndole
matrimonio. Atila aprovecha esta situación y reclama a Honoria como
esposa y pide la Galia como dote.
Se da cuenta de que la parte Occidental
del Imperio es bastante más vulnerable que la de Oriente, con mejores
expectativas, dirige sus ataques al centro de la Galia, aparentemente
contra los visigodos. Los romanos, con Aecio, al frente y la alianza de Teodorico I
pactan una actuación conjunta contra los Hunos, aunque Atila ya contaba
con un gran ejército compuesto por una gran variedad de pueblos y en
sus filas se encontraban tanto romanos como germanos.
Año 451, ambos ejércitos se enfrentan en los Campos Cataláunicos (según otras fuentes, Locus Mauriacus) donde el reyVisigodo Teodorico murió, pero Atila fue vencido por primera y única vez,
el general romano, Aecio permite su retirada pero un año mas tarde
Atila vuelve atacando, esta vez el norte de Italia, sin que Aecio
pudiera detenerlo, parece ser que lo que detuvo a este temible ejercito
fue una epidemia de peste y la posterior hambruna, aunque se achaca
también al Pontífice León I el que Atila no avanzara hacia Roma.
En el año 453, Atila muere en un banquete,
parece ser por los excesos. Le sucede su hijo Ellak, que tuvo que hacer
frente a la sublevación de sus hermanos y a varios de los pueblos
sometidos, siendo derrotado en la batalla de Nedao, quedando desunidos y
fundiéndose con otros pueblos bárbaros, en el 455, los Hunos terminan
como potencia.
Con la llegada de los Hunos provoca los
mayores movimientos de población. Derrotando a todos los pueblos que se
encontraban como a los Alanos y a los Godos, obligándoles a buscar
refugio masivo dentro del Imperio, surgiendo enfrentamientos entre ellos
y con el estado romano, hasta el punto que, como decíamos
anteriormente, los Visigodos en el 378 derrotan al emperador Valente en
Adrianapolis y se extienden por los Balcanes. Años más tarde, tras
saquear Roma en el 410, se instalan en el sur de la Galia como
federados, es decir con permiso de Roma, para ocupar después Hispania.
En
el año 406, Suevos, Vándalos y Alanos cruzaron el Rhin, saquearon las
Galias y en el 409 se instalan en zonas de Hispania. Por otra parte
Anglos, Jutos y Sajones pasaron a las Islas Británicas; los Burgundios
ocuparon la cuenca del Ródano, y los Francos la parte norte de la Galia.
Tras el asentamiento de estos pueblos
germánicos dentro del imperio de Occidente y debido a la crisis que se
arrastraba ya desde el siglo III, es en el año 476 cuando el
germano Odoacro depuso a su último emperador, Rómulo Augústulo, y con
ello llegaba el fin del Imperio de Occidente.
La parte Oriental, sin embargo, mejor
gobernada y defendida militarmente, consiguió resistir la oleada
germánica y desplazarla hacia Occidente.