domingo, 24 de noviembre de 2024
viernes, 15 de noviembre de 2024
Apocalipsis: Los que permanecerán fieles
En los tiempos del Anticristo, el señorío del demonio será tremendo. Los que permanecerán fieles serán los que «no se ensuciaron con mujeres» (Ap 14, 4), es decir, con la Mujer, la Ramera –la nueva religión del mundo–. Hombres límpidos, «en cuya boca no se encontró mentira» (Ap 14, 5), hombres lúcidos y valientes, verdaderos baluartes en medio de un huracán, acosados por la traición y el espionaje.
En las novelas Su Majestad Dulcinea y Juan XXIII (XXIV), Castellani los imagina cual «guerreros de Cristo», nueva Caballería, al modo de las antiguas Órdenes religioso-militares; los «cristóbales», los llama, «la resurrección de Don Quijote». Sean «combatientes», sean «pacientes», poco les será concedido.
Verán el Templo hollado por los impíos, verán cómo la jerarquía del Pseudoprofeta –mercenarios en vez de pastores– enseña una religión nueva –gnóstica, sincrética y contraria a la moral–.
El Apocalipsis según Castellani, del sacerdote Alejandro Sáenz.
domingo, 10 de noviembre de 2024
miércoles, 6 de noviembre de 2024
Frutos de la descristianización: La gran idiotez de ser pagano y español.
Cada vez que se habla de la acelerada descristianización de Europa, suele venirnos a la cabeza el crecimiento del ateísmo o las conversiones de algunos españoles endófobos al Islam. No es en absoluto una idea equivocada, pero junto a la alternativa atea y agnóstica e incluso frente al crecimiento del islam en nuestras tierras, una minoría marginal de europeos -especialmente entre los grupos identitarios- aboga por una vuelta a lo que había antes de que se extendiese la fe de Cristo: el paganismo.
Este fenómeno se debe principalmente a la descristianización mencionada anteriormente, encabezada por la masonería y la judería, pero puede pervivir durante décadas principalmente por tres razones: La ignorancia abrumadora en torno al catolicismo, la ignorancia sobre nuestra propia historia, y la falta de sentido crítico.
Las dos primeras causas no hace falta desarrollarlas, ya que en gran parte se deben a la falta de sentido crítico, y es que muchos chavales e incluso adultos, en cuánto leen algo que les atrae un poco, ya lo hacen suyo y no tienen interés alguno por informarse sobre otros puntos de vista, por pueril que sea el que ellos defienden. Para colmo, si estas creencias alimentan su ego y camuflan sus complejos, pierden totalmente el criterio propio y la capacidad de plantearse si sus creencias son ciertas o tan solo un simple embuste promovido por el enemigo que dicen combatir.
Y es que es muy curioso, y hasta delirante, que haya patriotas que dicen combatir al judaísmo internacional, y que para ello se dediquen a atacar neuróticamente al Catolicismo, a la religión de sus ancestros y de sus héroes... siguiendo con ello (sin saberlo) las instrucciones prescritas en el Talmud.
Pero la cosa no acaba aquí, ya que para más inri, bajo un supuesto paganismo, muchos de ellos en realidad defienden creencias que provienen directamente de la Cábala, ese libro tan preciado por las élites judías, por encima incluso del Talmud, y que en realidad es una compilación de todo conocimiento gnóstico, paganoide y esotérico de las distintas religiones orientales de la antigüedad, mezclando desde filosofía griega contaminada por lo oriental -desde tiempos de Alejandro Magno-, hasta el lejano hinduismo, pasando por el zoroastrismo.
En cuánto a los que simplemente se autodenominan como paganos y siguen el rollo nórdico o algo similar, bueno, en realidad no siguen ninguna religión, más allá de la adopción de cuatro símbolos y algunos conceptos limitados de los cuales muy poco se ha transmitido debido a la parca y simple escritura que desarrollaron esos pueblos, así como la falta evidente de uniformidad entre dichas creencias, siendo muy diferentes de una región a otra. Estos neopaganos, con el tiempo y teniendo cierto interés en encontrar la verdad, se acaban dando cuenta de que esas ideas paganas adoptadas como religión no tienen validez alguna, ya que es una "espiritualidad" primitiva, carente de rituales y muy poco desarrollada en cuánto a vida trascendental, más allá de cuatro mitos muy concretos y además desarrollados posteriormente por escritores nórdicos cristianos, como Snorri Sturluson. Snorri fue un escritor islandés del siglo XIII que tuvo que copiar ideas y rituales cristianos, además de añadir algunas ideas inventadas para darle un mayor atractivo a su obra, puesto que él nunca pensó en ella como una forma de revivir el paganismo nórdico, si no más bien como tributo cultural hacia sus ancestros y para intentar balancear de alguna manera esa imagen de bárbaros que aún arrastraban como pueblo.
Dicho esto, solo queda ayudar a los que quieren informarse sobre el Cristianismo (Cristianismo católico amigos, ya que muchos de vosotros, auténticos españoles paganos descendientes de Thor, desconocéis las enormes diferencias entre el protestantismo y el catolicismo...) y rezar por los que detestan el cristianismo, para que algún día vuelvan a tener criterio propio y sean capaces de informarse sobre aquello que tanto odian, odio que, por cierto, comparten con la élite mundial cabalística que dicen combatir.
Y esto mismo sucede también con los patriotas que siguen un pretendido "tradicionalismo" esotérico y que, aún no siendo anticristianos, defienden posiciones radicalmente contrarias a la espiritualidad católica y ajenas a nuestro pueblo. Albergan falsos prejuicios hacia el catolicismo, prejuicios que encuentran su justificación en ese "catolicismo" moderno y hippiesco, totalmente desvirtuado, que emana en buena medida del Vaticano y de parte del clero. Con ellos, al igual que con los paganos que no sean anticristianos furibundos, debemos debatir y ayudarles a volver al camino de nuestros héroes, nuestros sabios y nuestros santos: el camino de Cristo.
De todos modos, por muy tercos que parezcan, recordemos lo que sucedió con los antiguos pueblos paganos, algunos de ellos con una religiosidad mucho más sana que la de los neopaganos actuales. Ellos acabaron convirtiéndose al Catolicismo, mucho más por convencimiento que por la fuerza (contrariamente a los que dicen los amigos del compás y la escuadra), dejando atrás para siempre sus antiguas creencias, actuando con honradez y humildad, no como hicieron los falsos conversos talmúdicos unos siglos más tarde...
Con lo cual, de igual manera que los antiguos paganos europeos decidieron seguir a Cristo, los más válidos de entre los actuales neopaganos también acabarán buscando a Cristo para encontrar la Verdad, y de paso encontrarse a sí mismos.
Europa Ancestral