Eramos morenos de tez y con ojos azules
La revista 'Nature' publica hoy un hallazgo español: que los
habitantes de la Península en el Mesolítico tenían el mismo gen de ojos
azules que los actuales europeos del norte.
El equipo de investigación, a caballo entre España y Dinamarca, no buscaba nada en concreto sino que estaba secuenciando el ADN de los restos un hombre de hace 7.000 años (período Mesolítico, desde hace 10.000 hasta hace 5.000 años) hallado en Valdelugueros (León) en 2006. Es decir, estaba descifrando el "manual de montaje" de este ser humano para conocer las características anatómicas y fisiológicas de nuestros antepasados.
Lo que, después de los primeros análisis, ya sabían los investigadores, era precisamente que muy nuestros no eran estos antepasados. Es decir, en un primer escrutinio del ADN del individuo llamado La Braña 1, realizado en 2012, ya se determinó que su perfil genético (y el del otro cuerpo que se halló, La Braña 2) no correspondía con el que presenta el hombre actual de la Península.
Ahora, ese mismo equipo dirigido por Carles Lalueza-Fox, del Instituto de Biología Evolutiva (un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad Pompeu Fabra) ha profundizado en esos análisis y publica en la revista Nature que el cazador-recolector europeo de aquella época que representan estos dos cuerpos tenía la tez morena y los ojos azules.
Al habla con QUO, Lalueza-Fox detalla: "Este individuo tiene un fenotipo muy raro (pigmentación oscura y ojos azules) que puede encontrarse en individuos cuyos progenitores proceden de continentes distintos; pero en cambio no puede encontrarse en individuos como La Braña 1 que, por el resto del genoma, se agrupa con individuos actuales del norte de Europa". Lo cual fue toda una sorpresa para los científicos: "Poseía las versiones africanas en los genes que conforman la pigmentación clara de los europeos actuales", aunque no son capaces de determinar el tono exacto de la piel.
La razón por la que esos genes han perdurado en el hombre actual de la zona de Suecia y Finlandia no está muy clara, tal como nos cuenta el investigador principal: "Es evidente que los actuales europeos del norte conservan en parte los genes de los individiuos mesolíticos. Una explicación muy plausible es que el Neolítico llega mucho mas tarde y con menos efectivos demográficos al norte de Europa, y allí coexisten ambos grupos durante algunos miles de años. De donde desaparece claramente es de todo el sur de Europa", comenta.
De hecho, el estudio del genoma señala que este cuerpo hallado en el yacimiento de La Braña-Arintero tiene un ancestro común con los pobladores de otro yacimiento del Paleolítico superior (aún más antiguo, por tanto), Mal’ta, que está cerca del lago Baikal (Siberia), cuyo genoma fue descifrado en 2013.
Los investigadores han realizado una reconstrucción del rostro del cazador recolector, partiendo de las medidas del cráneo encontrado, y añadiendo los detalles de color de piel y ojos que han obtenido tras el análisis genético (éste, a su vez, se ha hecho gracias la secuenciación del ADN realizada por el Centre for GeoGenetics de Dinamarca).
Fuente: Quo.es
El equipo de investigación, a caballo entre España y Dinamarca, no buscaba nada en concreto sino que estaba secuenciando el ADN de los restos un hombre de hace 7.000 años (período Mesolítico, desde hace 10.000 hasta hace 5.000 años) hallado en Valdelugueros (León) en 2006. Es decir, estaba descifrando el "manual de montaje" de este ser humano para conocer las características anatómicas y fisiológicas de nuestros antepasados.
Lo que, después de los primeros análisis, ya sabían los investigadores, era precisamente que muy nuestros no eran estos antepasados. Es decir, en un primer escrutinio del ADN del individuo llamado La Braña 1, realizado en 2012, ya se determinó que su perfil genético (y el del otro cuerpo que se halló, La Braña 2) no correspondía con el que presenta el hombre actual de la Península.
Ahora, ese mismo equipo dirigido por Carles Lalueza-Fox, del Instituto de Biología Evolutiva (un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad Pompeu Fabra) ha profundizado en esos análisis y publica en la revista Nature que el cazador-recolector europeo de aquella época que representan estos dos cuerpos tenía la tez morena y los ojos azules.
Al habla con QUO, Lalueza-Fox detalla: "Este individuo tiene un fenotipo muy raro (pigmentación oscura y ojos azules) que puede encontrarse en individuos cuyos progenitores proceden de continentes distintos; pero en cambio no puede encontrarse en individuos como La Braña 1 que, por el resto del genoma, se agrupa con individuos actuales del norte de Europa". Lo cual fue toda una sorpresa para los científicos: "Poseía las versiones africanas en los genes que conforman la pigmentación clara de los europeos actuales", aunque no son capaces de determinar el tono exacto de la piel.
La razón por la que esos genes han perdurado en el hombre actual de la zona de Suecia y Finlandia no está muy clara, tal como nos cuenta el investigador principal: "Es evidente que los actuales europeos del norte conservan en parte los genes de los individiuos mesolíticos. Una explicación muy plausible es que el Neolítico llega mucho mas tarde y con menos efectivos demográficos al norte de Europa, y allí coexisten ambos grupos durante algunos miles de años. De donde desaparece claramente es de todo el sur de Europa", comenta.
De hecho, el estudio del genoma señala que este cuerpo hallado en el yacimiento de La Braña-Arintero tiene un ancestro común con los pobladores de otro yacimiento del Paleolítico superior (aún más antiguo, por tanto), Mal’ta, que está cerca del lago Baikal (Siberia), cuyo genoma fue descifrado en 2013.
Los investigadores han realizado una reconstrucción del rostro del cazador recolector, partiendo de las medidas del cráneo encontrado, y añadiendo los detalles de color de piel y ojos que han obtenido tras el análisis genético (éste, a su vez, se ha hecho gracias la secuenciación del ADN realizada por el Centre for GeoGenetics de Dinamarca).
Fuente: Quo.es