Es un error muy común definir el judaísmo como algo uniforme que siempre ha sido lo mismo, cuando la realidad es muy diferente.
En la antigüedad, - esto es durante los siglos anteriores a Cristo- existía una doctrina basada en la Ley Mosaica, que, pese a que tenía sus diferentes ramas o tendencias, iba por el buen camino, como bien narra el antiguo testamento; pero con el tiempo, las cosas fueron cambiando.
Debido al contacto con pueblos orientales, tras la estancia en Egipto, se fueron infiltrando ideas orientales en el pueblo hebreo, ideas de corte gnóstico y pagano. En la época de los jueces (1200 a.c.) esa influencia oriental logró tener una fuerte presencia con cultos como el de Baal o el de Moloch, con sus sacrificios rituales, en los cuales incluso se asesinaban a niños, pero no fue hasta el cautiverio en Babilonia cuando todas esas ideas empezaron a fusionarse realmente con la religión hebrea, es aquí cuando empieza a germinar el judaísmo como tal, y unos siglos más tarde (s.II a.c.), los judíos de Judea empezarían a ir decididamente por el mal camino. Sería este pueblo, el de Judea, del cual surgieron los fariseos, el que acabaría imponiéndose política y religiosamente en todo Israel con la dinastía asmonea en el siglo II a.c., adueñándose así de la historia de Israel y dando origen al judaísmo que ha perdurado hasta nuestros días, basado en el Talmud y la Cábala.
Números 25:3-5
"Así Israel se unió a Baal de Peor, y se encendió la ira del SEÑOR contra Israel. Y el SEÑOR dijo a Moisés: Toma a todos los jefes del pueblo y ejecútalos delante del SEÑOR a plena luz del día, para que se aparte de Israel la ardiente ira del SEÑOR. Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: Cada uno de vosotros mate a aquellos de los suyos que se han unido a Baal de Peor."
Jueces 3:7
"Y los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del SEÑOR, y olvidaron al SEÑOR su Dios, y sirvieron a los baales y a las imágenes de Asera."
Religión hebrea (Ley Mosaica)
La Ley Mosaica fue la religión de los hebreos desde el éxodo hasta el siglo V a.c. aproximadamente. Moisés ya tuvo que hacer frente a las influencias orientales durante la travesía de los hebreos por el desierto (Becerro de Oro), pero el pueblo hebreo se mantuvo fiel a la Ley pese a tener varios tropiezos a lo largo de los siglos hasta el exilio babilónico (S. VI a.c.).
Bajo la Ley Mosaica el pueblo hebreo tuvo periodos de esplendor como el del Rey David y su hijo Salomón (siglo X a.c.).
Tras la muerte de Salomón, el Reino de Israel se dividió en dos, en el norte se estebleció el Reino de Israel, conocido también como Reino del norte, y en el sur el Reino de Judá o Judea. Estos reinos existieron durante un par de siglos y fueron años llenos de conflictos religiosos, en los cuales las creencias orientales con cultos como el de Baal, tuvieron un gran peso, sobre todo en el Reino del norte.
No obstante, estos cultos fueron vencidos, aunque como es lógico, continuarían teniendo una presencia marginal en ambos reinos. En el siglo VIII a.c. los hebreos del Reino de Israel del norte fueron vencidos y deportados a diferentes lugares por los asirios,, estos hebreos fueron las diez tribus perdidas de Israel. Estas tribus acabarían desapareciendo al integrarse y mezclarse con los pueblos donde habían sido reubicados.
1 Reyes 18
22 "Y Elías volvió a decir al pueblo: Solo yo he quedado como profeta de Yahvé; pero de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres."
Cautiverio Babilónico, formación del judaísmo primitivo
En el 597 a.c. Nabucodonosor II, rey de Babilonia, conquistó Jerusalén y se llevó consigo a la élite hebrea de Judea, para evitar que pudiera resurgir un poder relativamente fuerte en la zona. El cautiverio duraría unos 60 años, y tendría consecuencias muy importantes para Israel e indirectamente para todo Occidente en los siglos posteriores.
El cautiverio babilónico tuvo varios efectos graves en el judaísmo y la cultura judía. Una de ellas fue la creación del alfabeto hebreo actual que se adoptó durante este período, reemplazando el alfabeto paleo-hebreo. Aunque este cambio no fue ni mucho menos el más importante.
En lo económico, durante el cautiverio, la élite hebrea de Judea aprendió y se especializó en el comercio y la banca gracias a los conocimientos que adquirieron de los comerciantes babilonios. Allí empezó esa característica tan propia del pueblo judío, por la cual se les reconoce como expertos desde la edad media. Así las cosas, los conocimientos que la élite de Judea aprendió en Babilonia, les convertiría unos siglos más tarde en los banqueros más experimentados de Occidente, profesión que les llevaba a practicar la usura, tan despreciada por el cristianismo.
Dice Werner Keller, historiador judío: "Los judíos no podían desear una escuela mejor que la de Babilonia. Como centro internacional del comercio, de la industria y de las comunicaciones, fue para ellos una escuela de inapreciable valor" (p. 330).
En la cuestión religiosa, que es la más importante, la élite de Judea fue influenciada por el culto babilónico, que procedía en realidad de los Caldeos, y era de tipo gnóstico-esotérico. En este culto los iniciados practicaban la magia, es decir, las artes ocultas. Los sacerdotes caldeos veneraban una piedra cúbica conocida como el Paladión de Babilonia. Estas creencias se verían reflejadas siglos más tarde en el Talmud y durante la edad media en la cábala judía (S. XII d.c.), que es literalmente la "biblia" de todo esoterismo moderno, sea cual sea su signo político, desde el masónico al de Guénon o Evola.
El filósofo y erudito bíblico israelí Yehezkel Kaufmann dijo: “El exilio es el punto de inflexión. Con el exilio, la religión de Israel llega a su fin y comienza el judaísmo ".
Tras el cautiverio babilónico, la élite de Judea, o más bien, sus descendientes, regresaron a su tierra, y trajeron consigo todos los conocimientos adquiridos en Babilonia, los cuales se fusionarían discreta y progresivamente con la Ley Mosaica para crear con el paso del tiempo el judaísmo primitivo. En este punto, la religión hebrea dejó de existir como tal, dando paso a una religión diferente.
En los decenios posteriores se reconstruyó el Templo de Jerusalén, mientras estaban bajo dominio persa, eso sí, los hebreos de Judea gozaron de una notable autonomía durante largo tiempo, y a partir de este momento histórico ya se les puede considerar como judíos.
Como vemos las cosas suelen ser mucho más complejas de lo que las multitudes suelen creer, ya que estos siempre tienen a simplificarlo todo debido a la falta de conocimientos.
Tras el dominio persa, comenzó el dominio macedonio o griego, ya que Alejandro Magno conquistó toda la región (siglos IV - II a.c.).
Las autoridades judías colaboraron estrechamente con el poder griego, hasta el triunfo de los Asmoneos (Macabeos), dinastía que levantó a los judíos piadosos contra las autoridades judeo griegas. Fue sin duda, no solo una guerra contra un poder extranjero, si no una guerra civil en toda regla.
"...los sacerdotes no sentían celo por el servicio del altar, sino que despreciaban el Templo; descuidando los sacrificios, en cuanto se daba la señal con el gong se apresuraban a tomar parte en los ejercicios de la palestra contrarios a la ley; sin apreciar en nada la honra patria, tenían por mejores las glorias helénicas. Por esto mismo, una difícil situación les puso en aprieto, y tuvieron como enemigos y verdugos a los mismos cuya conducta emulaban y a quienes querían parecerse en todo." 2.ª Macabeos 4:14,15
Pero pese al triunfo de los Asmoneos, los judíos ya habían coqueteado demasiado con cultos pre-gnósticos y esotéricos, y como sabemos, estos cultos se propagaban a través de iniciados, de forma secreta, fuera de la escena pública, como lo hizo la masonería en la era moderna. Así las cosas, el desarrollo y crecimiento de estas creencias ocultas dentro del judaísmo primitivo siguieron su curso. Y es que pese a la victoria de los Macabeos, los fariseos, que fueron los que transmitieron estas creencias "ocultas" hasta dar origen al Talmud, tuvieron cada vez más relevancia y poder. Además, los esenios también jugaron un discreto papel, puesto que, aunque no tenían poder dentro del nuevo reino judío, sí que tuvieron influencia a la hora de intercambiar conocimientos orientales con grupos de fariseos y con otros judíos que se interesaban por ellos.
A todo esto, debemos recordar que por culpa de Alejandro Magno, las creencias griegas, sobre todo en las regiones conquistadas, se vieron contaminadas por una fuerte influencia oriental de tipo gnóstico, cosa común en todas esas creencias del Oriente cercano a la India. Con Alejandro, se originó un grave conflicto dentro de su generalato por esta cuestión, y se saldó con la muerte de algunos de sus más allegados y defensores de la cultura griega frente a estas influencias orientales, como Clito el Negro. Posteriormente, los generales de Alejandro también trajeron consigo estas nefastas creencias a Grecia y sus dominios.
Los Fariseos y la transición del judaísmo primitivo al judaísmo talmúdico
Como hemos visto anteriormente, con el paso de los siglos el judaísmo primitivo (Judaísmo del Templo) se fue desarrollando poco a poco desde el siglo VI a.c. hasta el siglo II a.c. que es cuando empieza una nueva etapa, la del judaísmo de los fariseos, que acabaría cristalizando un poco más tarde en el judaísmo talmúdico (también llamado judaísmo rabínico) durante los primeros siglos de nuestra era (I-V d.c.).
Se conocía a los fariseos por afirmar que además de la Ley de Moisés (incluida en muchos libros de las Escrituras judías), también transmitió tradiciones orales que no estaban escritas en aquel momento (que serían recopiladas mucho más tarde en el Talmud). Esas tradiciones fueron supuestamente dadas a los ancianos que estaban en el Monte Sinaí y transmitidas por las sucesivas generaciones a sus descendientes. Gracias a estos pretendidos conocimientos, los fariseos formarían una élite de iniciados.
Tras el dominio helenístico de corte oriental, Israel consiguió convertirse en un reino gracias a la dinastía Asmonea, sucesores de los Macabeos, en el año 164 a.c.
Durante la era de los Asmoneos, los Fariseos fueron perfeccionando sus creencias a la vez que acumulaban cada vez más poder e influencia. Durante este periodo, también surgieron los esenios, que seguramente provenían de los primeros fariseos, pero formaron un grupo aparte, debido a su oposición frontal a la dinastía de los Asmoneos cuando éstos convirtieron en hereditario el sumo pontificado y lo asociaron a la realeza. Los esenios fueron desarrollando un gnosticismo mucho más marcado que el de los fariseos, el cual era más discreto. La salvación no venía de Dios, quedando en un segundo plano, si no que venía de sí mismos mediante la introspección.
Esta salvación por uno mismo es el pilar central del gnosticismo y la causa primera del relativismo-subjetivismo moral, ya que, si uno es capaz de salvarse sin necesidad real de Dios, también lo es para decidir que es la verdad, o que es el bien y el mal según le convenga.
Por otro lado, y con una filosofía de vida bastante distinta, estaban los saduceos. Sus orígenes datan del siglo II a.c. justo antes de la guerra de los Macabeos, pero con toda seguridad, empezaron a formarse como grupo religioso en el siglo III a.c.
Los saduceos se caracterizaban por llevar una vida algo hedonista, eran proclives al lujo y a las riquezas. Esto se debía, según una leyenda rabínica, a que malinterpretaron una máxima del maestro judío Antígono de Soco, que vivió entre el siglo IV y III a.c. creyendo que no había "recompensa" después de la muerte. Acumularon muchas riquezas, formaban parte de la alta sociedad, pero su relevancia y su poder fueron reduciéndose durante el siglo I a.c. hasta llegar a su mínima expresión en el siglo I de nuestra era, cuando ya eran minoría en el Sanedrín frente a los fariseos. Su legado religioso en el judaísmo acabó siendo irrelevante y éste quedó totalmente en manos de los Fariseos.
El reinado de los Asmoneos concluyó con la conquista romana de Israel, dirigida por el general romano Pompeyo. Durante este periodo, los fariseos siguieron acumulando cada vez más poder, desplazando a los sadúceos, que cada vez tenían menos influencia tanto en el Templo como frente al pueblo.
Entonces es cuando apareció Cristo, el hijo de Dios, y sentenció tanto a saduceos como a fariseos con toda claridad:
"Vosotros sois de vuestro padre el diablo y queréis cumplir los deseos de
vuestro padre. Este era homicida desde el principio, y no se mantuvo en
la verdad, porque no hay verdad en él; cuando dice la mentira, dice lo
que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira." Juan 8:44
Como podemos apreciar, el mal que se fue fraguando durante varios siglos, ya estaba consumado y no podía haber vuelta atrás para gran parte del pueblo judío. Cristo marcaría el fin de la antigua alianza, para dar paso a la nueva alianza cristiana.
Judaísmo Talmúdico siglo I en adelante.
Tras la venida de Jesucristo, los fariseos continuaron controlando en buena medida el Sanedrín y la sociedad judía, pero tras la revuelta contra el dominio romano y el posterior sitio de Jerusalén en el año 70 d.c., su poder se incrementó aún más y desempeñaron un papel clave en la reorganización y continuidad del judaísmo.
Aunque los romanos lograron sofocar la Gran Revuelta Judía con la destrucción del Templo, las tensiones entre judíos y el Imperio Romano continuaron, así como empezaron los enfrentamientos entre judíos y cristianos. Hubo episodios de persecuciones y conflictos en distintas regiones del imperio, especialmente en los años posteriores a la destrucción del Templo. El resentimiento por la opresión romana y la pérdida del Templo siguió siendo una herida abierta entre los judíos.
Cabe destacar que la primera evidencia de tensiones en Roma entre cristianos y judíos en la historiografía romana, se remonta al reinado del emperador Claudio (41-54 d.C.). Según el historiador romano Suetonio,
Claudio expulsó a los judíos de Roma alrededor del año 49 d.C. debido a
disturbios constantes "instigados por Chrestus", una referencia a las disputas sobre Cristo (en latín, Christus).
Los fariseos promovían una forma de judaísmo que no dependía del Templo ni de los sacrificios rituales, sino del estudio de la Torá y el cumplimiento de la ley oral, la cual se compilaría en la Mishna, que fue la base sobre la que se desarrollaría el Talmud. Esta visión encajó perfectamente con la situación post-70 d.C., cuando el Templo fue destruido y los sacrificios se interrumpieron. Así, el judaísmo talmúdico o rabínico, basado en la interpretación de la ley.
A mediados del siglo II d.c. se produjo una importante guerra liderada por Bar Kojba contra los romanos en todo Israel.
Tras la derrota de la rebelión de Bar Kojba en 135 d.C., las tensiones entre cristianos y judíos también aumentaron. Bar Kojba fue apoyado por algunos rabinos como un posible Mesías judío, lo que contrastaba con la fe cristiana en Jesús como el Mesías definitivo del pueblo hebreo. La fallida rebelión y su represión por los romanos marcaron un momento en que los cristianos se distanciaron aún más si cabe de los judíos.
A su vez, los fariseos, lejos de Judea y ya en absoluta diáspora,
empezaron a escribir el Talmud y el Sefer Yetzirah (origen de la Cábala) proceso que continuaría hasta el siglo V
d.c. y más tarde, todos los conocimientos esotéricos procedentes del Sefer, se compilarían en la Cábala (S.XII d.c.).
En definitiva, los fariseos desempeñaron un papel crucial en la transformación del judaísmo tras la destrucción del Templo, sentando las bases para lo que se convertiría en el judaísmo rabínico, que ha perdurado hasta nuestros días y que fue enemigo acérrimo del cristianismo desde su génesis.
Árbol de la vida cabalístico
Europa Ancestral
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