Según
el gran arqueólogo español de la primera mitad del siglo XX, J. Cabré, el
característico saludo de los íberos con el brazo extendido y la mano abierta,
de entre los siglos V al I a. C., fue adoptado por los romanos conjuntamente
con el “Gladius Hispaniensis” (espada ibérica) al entrar estos en contacto con
los pueblos hispanos. Sería pues, según Cabré, un saludo genuinamente íbero el
que se utilizó posteriormente en todo el Imperio Romano como saludo
tradicional. El conocido como “saludo romano”.
Para los íberos era un gesto revestido de especial sacralidad, pues en los
exvotos de los santuarios, ellos mismos se auto representaban, con frecuencia,
saludando e invocando a las Divinidades en pie y efectuando el “saludo étnico”
tradicional de su Pueblo.
Los romanos no hicieron sino asimilarlo a sus propios usos y costumbres
culturales. De hecho, los romanos se refieren a este como “SALUTATIO IBERICA”.
Si era autóctono o llegó procedente de Oriente (de Fenicia o de Grecia), no
se sabe. Pero sí sabemos que los romanos debieron verlo allí por primera vez,
porque los historiadores de la época y de la inmediata posterior describen ese
saludo como saludo de paz, y lo tratan como una novedad. Lo cual indicaría que
no lo habían visto ni en Grecia ni en Cartago (culturas para ellos ya bien
conocidas en la época). Y, además, al ser los cartagineses los fenicios de
Occidente, podríamos deducir que tampoco se utilizaba en Fenicia. Todo esto lo
digo para reforzar la tesis de su origen español.
Las primeras citas que recogen este saludo, están en las campañas militares
con las que comienza la II
guerra púnica, como saludo de paz de los íberos. Y, para reforzar la tesis,
digamos que en aquella época, importantes contingentes hispanos (tanto en
infantería como, sobre todo, en caballería), formaban parte habitual de los
ejércitos cartagineses, pero las fuentes romanas atribuyen el saludo sólo a los
íberos, y no al conjunto del ejército cartaginés.
Por su presencia en exvotos, lo que también le daría al saludo un componente
religioso, diríamos que era un saludo de uso general, en el que se deseaba paz
(a veces, también sumisión) hacia quien iba dirigido.
El saludo habitualmente representado, es de la palma derecha levantada, con
el brazo flexionado, presentando la palma a la persona a quien se le hace. Pero
en las legiones, al convertirse en saludo militar, se hacía de una forma más
rígida, flexionando un poco el brazo, o manteniéndolo recto, sin flexionarlo
(entonces, en vez de extenderse verticalmente, se hacía inclinado unos 45º
sobre la horizontal, y con la palma hacia abajo…vamos, como el que se conoce en
la actualidad).
Insisto en que su significado fue siempre de paz y de respeto (se mostraba
la palma desnuda, sin ningún arma), tanto para fines religiosos, como civiles y
militares.
Desde estas primeras citas hasta su uso generalizado en Roma pasaron unos
dos siglos. Podemos aventurar que es muy posible que el saludo empezaran a
emplearlo las legiones que combatieron en Hispania en la 2ª guerra púnica, y
que, una vez licenciados, los legionarios de las mismas lo siguieran utilizando
entre ellos como un símbolo de identidad y corporativismo.
Poco a poco, el saludo fue extendiéndose a la totalidad de las legiones, y
al resto de la población. Y terminó siendo oficial como saludo militar (junto
al más tradicional de poner el puño derecho sobre la parte izquierda del
pecho), como saludo civil tradicional, y como saludo simbólico en actos
oficiales de gran trascendencia (audiencias del César, juramentos solemnes,
etc…).
El primer texto romano en
que aparece una referencia (aunque no muy clara) al saludo, es de Tito Livio.
Los hechos se refieren a la capitulación de una ciudad, Oringis, Auringis, o
Aurgi (Jaén) ante los romanos, comandados por uno de los gloriosos generales
que dio la familia de los Escipiones, Publio Escipión. Ocurrieron hacia el año 207 aC.
No es la mejor cita sobre el saludo (es algo confusa), pero sí la primera en
la que textos romanos se refieren a esa forma peculiar de saludar.
Para entender bien a qué se refiere, pongo el texto en que se cita,
precedido del texto previo, para ubicarlo en el tiempo y el espacio:
“Salió Cneo Escipión a prestarles ayuda a los aliados y a la guarnición
romana con una legión ligera, entró en la ciudad por entre los dos campamentos
causando muchas bajas al enemigo, y al día siguiente hizo una salida brusca con
un resultado igualmente favorable. Los muertos en los dos combates pasaron de
los doce mil, y de mil los prisioneros; enseñas militares se capturaron treinta
y seis. Se produjo así la retirada de Iliturgi. A continuación iniciaron los
cartagineses el asedio a la ciudad de Bigerra, aliada de los romanos también
ésta. La llegada de Cneo Escipión la liberó del asedio sin tener que combatir.
Desde allí se trasladó a Munda el campamento cartaginés, y allá los
siguieron los romanos a toda prisa. Se libró allí una batalla campal de casi
cuatro horas en la que iban venciendo claramente los romanos cuando se dio la
señal de retirada, porque le había atravesado el muslo a Cneo Escipión una
jabalina y los soldados que estaban en torno a él temían que la herida fuese
mortal. Pero no había duda de que se podían haber tomado aquel día el
campamento cartaginés de no haber sobrevenido aquel contratiempo, pues aparte
de los soldados también los elefantes habían sido rechazados hasta la
empalizada y fueron acribillados con jabalinas treinta y nueve de éstos encima
mismo de las trincheras. Se dice que también en esta batalla hubo cerca de doce
mil muertos y que fueron capturados cerca de tres mil hombres y cincuenta y
siete enseñas militares. De allí los cartagineses se retiraron a la ciudad de
Auringis y los siguieron los romanos para echárseles encima mientras eran
presas del pánico.”
(Tito Livio, en XXIV, 41 y 42)
En el siguiente es donde aparece la referencia al saludo. Como se ve, el
resultado fue desastroso para los bastetanos que combatían en los ejércitos de
Cartago:
“Después, los habitantes cogieron miedo a que el enemigo, en caso de
penetrar en la ciudad, degollase a mansalva a todo el que encontrase,
cartaginés o hispano indiscriminadamente. Abriendo, pues, repentinamente la
puerta, se echaron en masa fuera de la ciudad poniendo los escudos por delante
por si les disparaban venablos desde lejos y
mostrando desnudas las
diestras para que se viera bien que habían arrojado las espadas. No se
sabe con certeza si la distancia impidió captar bien esta circunstancia o si se
sospechó una trampa; se cargó con saña contra los tránsfugas y fueron destrozados
como si fuera una formación que presentaba batalla; y por aquella misma puerta
se irrumpió violentamente en la ciudad.
Mientras tanto, en otros puntos se destrozaban y echaban abajo las puertas
con hachas y dolabras y, a medida que iban entrando los jinetes, se dirigían a
galope a ocupar el foro, pues ésas eran las órdenes recibidas; a la caballería
se habían sumado también un cuerpo de triarios; los legionarios invadieron los
restantes puntos de la ciudad. Se abstuvieron de saquear y de matar a los que encontraron,
salvo si ofrecían resistencia armada. Fueron puestos bajo custodia todos los
cartagineses y también los cerca de trescientos habitantes de la plaza que
habían cerrado las puertas; a los demás les fue entregada la ciudad y devueltos
sus bienes. En el asalto de aquella ciudad cayeron cerca de dos mil enemigos y
no más de noventa romanos.”
(Tito Livio XXVIII 3 y 4)
De este texto, y otros posteriores, los historiadores expertos en
interpretar textos latinos de la época deducen que los romanos no habían visto
antes un saludo semejante.
Es también digno de resaltar que el texto romano, en el 208 aC, habla de los
cartagineses y los hispanos (no de los bastetanos). Y, sin embargo, y a pesar
de estas pruebas, 2.200 años más tarde hay unas ideologías, dentro de España,
que se obstinan en negar la existencia de “Hispania”, no sólo en aquellos
tiempos, sino en épocas posteriores, más próximas a nosotros.
Representaciones del saludo ibérico en piezas del
Museo Nacional de Arqueología de Madrid.
Fuente: https://josuegonzalez.wordpress.com/2014/03/23/el-saludo-iberico/