Alfonso VII de León, llamado el Emperador, nació el 1 de marzo de 1105, fue rey de León entre 1126 y 1157, año en el que murió. Retomando la idea imperial y de la reconquista de la España hispanovisigoda previa a la conquista mora, en el año 1135 fue coronado Imperator totius Hispaniae en la Catedral de León, es decir, Emperador de toda España. Consiguió hacerse con el trono de Castilla y fue el tercer rey que se declaró como Emperador de España, y aunque en la práctica no dominase la totalidad del territorio hispánico, demuestra la voluntad que existía en la nobleza de recuperar la España arrebatada por los moros, la España de los Hispanovisigodos que contaba ya con un par de siglos de historia antes de la invasión, conformándose como la segunda nación más antigua de Europa, por detrás de Francia (Frankia 509 d.c.).
Alfonso VII fue hijo de Urraca I de León e hijastro de Alfonso el Batallador (Rey de Aragón), con el que tuvo algunas disputas territoriales. Llevo a cabo varias conquistas en territorio musulmán, como la de Jaén, Córdoba y Almería entre 1147 y 1150 d.C.
En 1157, los almohades recuperaron el control de la ciudad de Almería y Alfonso VII parte para intentar reconquistarla, pero fracasa en el intento y cuando regresaba a León, muere el 21 de agosto. Su hijo Fernando le sucedió en el trono de León mientras que su otro hijo Sancho ocupó el trono de Castilla.