martes, 19 de marzo de 2024

La realidad sobre la Reencarnación y las experiencias de vidas pasadas

 Las experiencias de vidas pasadas: Sugestión, Criptomnesia y Memoria Genética.

La creencia en la reencarnación ha fascinado a las sociedades occidentales en los últimos siglos, generando historias de vidas pasadas y experiencias que parecen desafiar la lógica. Sin embargo, un análisis crítico revela que muchas de estas experiencias pueden ser atribuidas a fenómenos psicológicos bien conocidos.

La sugestión juega un papel fundamental en la percepción de la reencarnación. Las personas que ya creen en este concepto tienden a interpretar eventos de sus vidas como evidencia de vidas pasadas, predisponiendo su mente y su subconsciente a buscar y encontrar conexiones ficticias. Esta predisposición puede llevar a la reinterpretación de recuerdos y experiencias de una manera que confirme sus creencias preexistentes. 


 
    La reencarnación suele crear fuertes sentimientos de vanidad y soberbia.


Por otro lado, la criptomnesia, o el recuerdo inadvertido de información almacenada en la mente, también puede explicar muchas experiencias aparentemente relacionadas con la reencarnación. Los recuerdos de vidas pasadas pueden ser el resultado de fragmentos de información recopilados a lo largo de la vida de una persona, que luego se mezclan y se presentan como recuerdos de eventos pasados. Este fenómeno puede ocurrir de manera inconsciente, sin que la persona sea consciente de que está recordando información previamente aprendida.

Además, la hipótesis de la memoria genética ofrece otra explicación plausible para las experiencias de reencarnación. Según esta teoría, ciertos recuerdos y experiencias pueden ser heredados a través de la información genética. Los estudios han demostrado que ciertos traumas y experiencias pueden dejar una huella en los genes, que luego se transmite a generaciones futuras. Estos recuerdos genéticos pueden manifestarse como experiencias de vidas pasadas en individuos que no tienen una conexión directa con los eventos originales.

En resumen, si bien las experiencias de reencarnación pueden parecer convincentes a primera vista, un análisis más profundo revela que pueden ser explicadas por fenómenos psicológicos bien conocidos.


 La infiltración del concepto de reencarnación en Occidente:


Hay mucha gente actualmente que cree en la reencarnación, debido a la descristianización y a la influencia de la archiconocida Nueva Era, que hoy en día está en todas partes, ya sabéis, esa mezcla de ideas orientales con esoterismo y gnosticismo. Pero muchos de ellos tienen una idea muy vaga de la reencarnación y normalmente se montan su propia película. Aquí mostraremos resumidamente aquello que no conocen los occidentales sobre la reencarnación, que no es para nada agradable, así como sus puntos flojos o negativos:

- El karma es la medida que lo establece todo en el sistema de reencarnación oriental, dependiendo de las acciones del individuo en esta vida y las anteriores, se reencarnará en una u otra cosa.
El llamado karma es algo totalmente tiránico e injusto y es que dicho concepto establece que todas las injusticias que ocurren en esta vida es debido a errores de vidas pasadas y bajo esa excusa se permiten barbaridades, es decir, si a alguien le pasa algo horrible es porque se lo merece, así que no se le debe ayudar, más bien todo lo contrario. Por eso no existe la generosidad (o es mucho más difícil de ver) en las zonas de Oriente dónde se cree en la reencarnación. A su vez, este concepto abre la veda al individualismo más atroz que podamos imaginar, así como al egoísmo y a la crueldad. Por ejemplo, en una violación, según el concepto hindú/budista, la persona violada en realidad se merece ser agredida de tal forma, ya que se debe a sus acciones tanto de esta vida como de las anteriores. 

- Por otra parte, el concepto de la reencarnación da como resultado una frivolización de la vida, restándole importancia, ya que si haces algo mal, tienes otra vida para hacerlo mejor, como si fuera un videojuego. Claramente se fomenta la irresponsabilidad, y como hemos visto en el punto anterior, los conceptos de karma y reencarnación conllevan una profunda injusticia, que va contra todo sentido común.


- El número de almas humanas crece constantemente y esto no cuadra con la teoría de la reencarnación. Si todos los seres vivos, sobre todo los humanos, han tenido multitud de vidas anteriores, el número de almas siempre se mantendrá estable. Según el hinduismo, los ascensos y descensos de categoría espiritual, es decir, de humanos a animales, y de animales a humanos, provocan que el número de almas humanas crezca de forma moderada, aunque también podría disminuir. Hasta hace unos ciento cincuenta años, dicha teoría podía ser plausible, pero choca de pleno con el enorme crecimiento poblacional que se ha producido en el mundo durante los últimos tiempos, actualmente somos más de ocho mil millones de personas, cuando hace veinte años éramos seis mil millones, y hace tan solo ciento cincuenta años, la población mundial no llegaba a los mil millones... el crecimiento poblacional ha sido colosal y con ello, el número de almas. Creo que no hace falta desarrollar más este punto, ya que ninguna excusa, por elaborada que fuera, podría justificar este incremento brutal de almas humanas en un tiempo tan corto, menos aún en el supuesto Kali Yuga, la era de la oscuridad, donde los humanos cada vez van a peor y deberían reencarnarse en alimañas.

- En las diferentes reencarnaciones, el sexo podría cambiar y así lo aseguran los que creen en la reencarnación, lo cual no tiene mucha lógica a menos que uno sea partidario de la rocambolesca ideología de género... ya que la forma de ser y pensar de una mujer, a nivel profundo, es diferente a la de un hombre. No tiene mucho sentido que un alma sea en una vida mujer y en otra hombre. Mucho menos sentido tiene el paso del alma humana hacia un animal o un insecto. Como vemos este concepto también puede justificar en parte la puesta en práctica de la ideología de género, por eso muchos expertos en cirugía trans, son cirujanos hindús.

- Según muchos partidarios de la reencarnación, debería existir un limbo entre vidas para premiar aunque sea parcialmente a algunas almas (por sentido de justicia), pero aún así, esto no tendría mucho sentido porque luego tienen que volver a vivir una nueva vida igualmente. No olvidemos que con cada nueva vida, esa alma olvida completamente la vida anterior, con todo lo que ello conlleva.

- En las religiones orientales, la reencarnación sustituye el concepto de infierno, ya que para ellos, el infierno cristiano no existe. Así las cosas, la reencarnación se configura como un castigo, un castigo muy duro. En teoría, los peores castigos son reencarnarse en bichos, ratas y seres similares.

- No podemos olvidarnos de la arbitrariedad total que se da en el concepto de reencarnación y es que para alcanzar la perfección es sumamente difícil e injusto ya que por ejemplo, alguien ha podido tener una vida casi perfecta espiritualmente hablando, pero supuestamente necesita otra reencarnación, y entonces en la siguiente vida, por diversas circunstancias se ve casi obligado a llevar a cabo acciones que le hacen involucionar espiritualmente y tiene que volver a empezar desde casi el principio. De todos modos, dado el relativismo tan bestia que se da en esas religiones, la vara de medir la perfección de una vida es a su vez tremendamente arbitraria...

Y es que, como afirma el filósofo Peter Kreeft, la reencarnación repudia la moralidad. Los neoplatónicos y los gnósticos afirmaban que el cuerpo es la causa del pecado y del mal (la materia para ellos era maligna). Una filosofía muy conveniente para los pecadores: “Mi cuerpo me obligó a hacerlo. La culpa es tuya, Dios, por hacerme cargar con él”.

 

Europa Ancestral


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