20 de noviembre. Recordamos a José Antonio Primo de Rivera, asesinado por los infames y diabólicos rojos en plena orgía de odio y violencia en 1936. Podrán falsificar la historia, pero no borrar la dignidad de un hombre que murió entregando su vida por los demás.


Jose Antonio como preso político en
el patio de la Modelo de Madrid.
En esta mesa, escribió José Antonio sus últimas palabras:
“Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles. Ojalá encontrara ya en paz el pueblo español, tan rico en buenas cualidades entrañables, la Patria, el pan y la Justicia”.
Hoy, su figura vuelve a ser defendida por muchos jóvenes con criterio propio, que, hartos de lo políticamente correcto, y asqueados del lavado de cerebro progre que se aplica en institutos y universidades desde hace décadas, vuelven a las raíces de lo que es ser español, vuelven a defender el bien, la verdad, y la belleza.
Hoy, su figura vuelve a ser defendida por muchos jóvenes con criterio propio, que, hartos de lo políticamente correcto, y asqueados del lavado de cerebro progre que se aplica en institutos y universidades desde hace décadas, vuelven a las raíces de lo que es ser español, vuelven a defender el bien, la verdad, y la belleza.

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